Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 17

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Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 17

Autora: YASSGY0MIE

Fanfic: Behind the bars (Super M) Prologo
Corea del Sur

KAI P.O.V

Llevábamos dos días sin saber absolutamente nada de TaeMin y yo empezaba a perder la cordura por no tener noticias suyas, y como yo estaba Ten, tal era nuestra desesperación que nos habíamos aliado para idear un plan perfecto para sacar a TaeMin de allí, descabellado y seguramente no saldría bien, pero no íbamos a echarnos atrás.

-¿Tú estás seguro? – me preguntó Lucas colocando una sábana enrollada entre las dos literas de mi celda.

-Sí – dije yo quitándome la camiseta – seguro que en algún momento habéis querido pegarme una buena paliza – sonreí y me agarré con fuerza a las sábanas.

-¿Y es necesario que te atemos? – preguntó TaeYong ayudándome a enredar con las sábanas mis muñecas.

-¿Sabes que voy a tener ganas de hacer en cuanto me deis el primer puñetazo? – dije yo – mataros – les aseguré – pero ya tendré tiempo de devolvérosla.

Todos ellos asintieron y, sin escrúpulo alguno, empezaron a golpearme, como si yo fuese el enemigo, como si fuese SeHun o JungKook, esa también era parte del plan, alguien tenía que herirme para que me llevasen a la enfermería y así acceder al edificio dónde estaba TaeMin, allí dentro solo tenía que buscarme un problema y ya me llevaba una buena paliza, pero prefería que lo hiciesen ellos.

Así que recibí unos buenos puñetazos de todos mis amigos, y no podría decir quién pegaba mejor, porque entre todos me reventaron, yo agarraba con mucha fuerza las sábanas, conteniendo mis ganas de tirar las literas y defenderme.

-Ya está – dije yo pidiendo que parasen – ya está – repetí escupiendo al suelo – soltadme.

Mark fue el que me ayudó y cuando sentí todo el peso de mi adolorido cuerpo aguantarse en mis piernas, estas flaquearon y Lucas me aguantó para que no cayese.

-Tío, ¿puedes caminar? – me puso recto y yo asentí.

-Aquí tienes el teléfono – Ten me lo metió en el bolsillo y volví a asentir.

-Tiradme en el patio, yo continuo solo – les dije.

Lucas y BaekHyun me sacaron casi a rastras al patio dónde todos estaban y allí, me tiraron al suelo, pero cerca de la puerta, eso sorprendió a todos, porque nadie se esperaba que Lucas y BaekHyun se pusiesen en mi contra.

Yo, aunque podía caminar, me arrastré por el suelo hasta la puerta. Ten, que fingió que todo le pillaba por sorpresa, hizo señales con sus brazos, para llamar la atención de los vigilantes de la torre de control y ellos, en menos de dos minutos ya estaban en esa puerta para ayudarme.

Mark se añadió a Ten y les explicó que los presos BaekHyun y Lucas me habían pegado una paliza y que ni siquiera podía moverme, que necesitaba con urgencia un médico.

Aunque vacilaron un poco, los dos guardas me agarraron, uno de cada lado, me pusieron en pie y me arrastraron hasta el otro edificio, yo mantuve mi cabeza agachada, fingiendo estar peor de lo que estaba y sonreí con disimulo cuando estuve dentro.

-Kim JongIn – informó un guarda a otro que ya estaba dentro – para enfermería.

-Adelante – oí una puerta abrirse y me siguieron arrastrando.

Yo miré que la cámara del móvil lo estuviese grabando todo, porque era el momento de actuar.

TaeMin se había aprendido de memoria junto a TaeYong la distribución de ese edificio y TaeYong estaba completamente seguro de dónde tenían a TaeMin, calculó los tiempos y en mi mente seguían sumando hasta que llegué a la segunda puerta que debía atravesar, antes de levantar la cabeza, ya oí un grito de dolor y lo reconocí al instante, por eso se me encogió el corazón.

Yo di un codazo en el abdomen del guarda a mi derecha y cuando le quité la enorme pistola del hombro, disparé al segundo en el pecho un par de veces, me incorporé y apunté con la pistola a los que parecían ser científicos tras un mostrador electrónico, frente a una gran cristalera que yo tenía a mi espalda, que nos separaba a todos de TaeMin, el cual aún no me había atrevido a mirar.

-Abrid la puerta – ordené sacándome el teléfono del bolsillo y grabando el estado en el que tenían a TaeMin.

-JongIn – un policía interrumpió entre nosotros y me apuntó con su pistola – suelta el arma.

-¿O qué? – sonreí – ¿vas a dispararme? Si lo haces va a saberlo todo el país y ¿sabes quién ocupará mi litera? Tú – dije apuntándolo con la cama – y créeme que no quieres compartir patio con esa panda de psicópatas, mucho menos alguien como tú, porque acabarás como tu compañero.

Le dije haciendo referencia al agente al que le dimos una paliza y, aún vivo, lograron atravesarlo con un palo, metido desde el ano, y lo colgaron como bandera reivindicativa en ese mismo patio, de cara a la torre de control, sus gritos se oyeron durante unos cinco minutos, después fueron dos en los que no se le oía y luego nada, estaba muerto y ahí llevaba dos días.

-Es tan sencillo como quitarte el teléfono, JongIn – rió el guarda.

-No – sonreí – hay un preso desde dentro que está viendo y grabando estas imágenes, ¿con quién os creéis que habláis? Somos criminales profesionales, cuando vosotros vais, nosotros ya hemos vuelto – suspiré – así que dejad de hacer el idiota y abrid la puerta para que podamos volver a nuestro sitio.

Yo me quedé haciendo contacto visual con el agente, tratando de intimidarlo y lo hice, porque acabó abriendo la puerta de cristal y ordenando que sacasen a TaeMin.

-¿Cómo sé que no nos la vais a jugar? – preguntó el agente mientras ambos mirábamos como desconectaban a TaeMin de la máquina con la que experimentaban con él, tenía parches enganchados en el pecho, los hombros, la espalda y la frente y parecía completamente abatido.

-Tienes mi palabra de que si volvemos los dos, sin ningún juego, estas imágenes no saldrán a la luz – lo miré, sintiéndome ser el que controlaba la situación por completo – y que no te volaré los sesos.

-Esto tendrá consecuencias negativas para ti, JongIn – me advirtió con mucha seriedad.

-Ah, ¿sí? Pero si me lo habéis quitado todo, no tengo nada que perder así que no le tengo miedo a las consecuencias – dije yo moviendo la pistola mientras hablaba.

Él suspiró y yo miré con el mentón en alto como acababan de desatar a TaeMin para sacarlo de allí.

-Ahora vas a venir con nosotros hasta que entremos en el patio – dije rodeando con un brazo la cintura de TaeMin para sostenerlo, porque habían absorbido todas sus fuerzas y se encontraba temblando entre mis brazos – así que espabila – le di con la punta de la pistola en la nuca para que fuese él primero – abre la puerta.

Él asintió y abrió con el acceso la puerta, pasé el brazo de TaeMin por mis hombros, su cuerpo me pesaba pero tenía que hacer mi mayor esfuerzo por sacarlo de ahí.

El agente atravesó el pasillo, pidiendo a sus compañeros que no abriesen fuego contra mí, yo no aparté la pistola de su nuca en ningún momento, y, arrastrando a TaeMin, caminé con el mentón en alto, haciéndome notar y ver que no les tenía miedo, que no dudaría en apretar el gatillo sobre cualquiera de ellos.

-Abre – le ordené cuando llegamos a la puerta de entrada al patio.

-Me las vas a pagar, JongIn – dijo él dejándonos pasar – el arma.

-Gracias por tu servicio – dije yo dejándola en el suelo, entré en el patio bajo la atenta mirada de todos, que deseaban comerse a ese guarda como al que teníamos colgado, y yo también, pero ya no tenía el arma en mi poder – vamos, TaeMin – lo agarré bien y con ayuda de TaeYong, que nos esperaba, lo llevamos a un sitio apartado.

Cuando lo sentamos en el suelo, él empezó a temblar aún más, dobló las rodillas y apoyó la frente en ellas mientras mantenía las manos en alto, en completa tensión y temblando como jamás había visto a alguien temblar.

-TaeMin – dije yo tocando su pelo mojado por el sudor.

-Le va a dar un ataque – TaeYong se puso de cuclillas a mi lado e intentó que levantase la cabeza, pero se resistió.

-¿Qué pasa? – Ten fue el primero en llegar junto a nosotros.

-Busca en su celda medicación, se toma algo, tal vez es lo que necesita – le ordenó TaeYong.

Ten salió corriendo y junto a nosotros llegaron los demás, impactados por ver a TaeMin así, tan vulnerable, yo tenía el corazón en un puño y ni siquiera sabía qué hacer, porque no sabía que le pasaba.

-TaeMin – agarré una de sus manos, entrelazando nuestros dedos y tratando de aguantarla quieta, que dejase de temblar, pero fue imposible, lo hacía con demasiada fuerza – ¿qué te pasa?

En ese preciso instante dejó de temblar, de golpe, todo su cuerpo se relajó, tanto que cayó tumbado y desplomado en el suelo.

-La lengua – Lucas se arrodilló al lado de su cabeza, le metió los dedos en la boca y le agarró la lengua, que parecía habérsela tragado.

-No respira – avisó TaeYong tomándole el pulso.

-Puto cabrón, no la palmes ahora – BaekHyun se arrodilló a mi lado – aparta, Kai – me ordenó.

Mark me agarró de los hombros y me tiró hacia detrás, yo estaba en shock y tenía miedo, tanto miedo que me quedé paralizado, pensando en que iba a morir, y en lo que me estaba doliendo saber eso.

Mark se marchó a ayudar a Ten, para encontrar las medicinas en cuanto antes, yo me quedé mirando como BaekHyun le hacía el masaje cardíaco y Lucas el boca a boca cuando BaekHyun se lo decía, pero no habían resultados, TaeMin no reaccionaba y cada vez el miedo se apoderaba más de mi cuerpo.

-Kai – TaeYong se acercó a mí pero yo me alejé sin apartar la mirada de TaeMin – Kai, tú también necesitas que alguien te cure, has perdido mucha sangre – puso sus manos en mis hombros y me miró con preocupación.

-Se va a morir – tartamudeé con los labios temblorosos – TaeMin va a morir – repetí mirando los ojos negros de TaeYong – no – murmuré casi en un sollozo.

-Calma, Kai, eso no lo sabemos – masajeó mis hombros.

-Deberíamos haberlo sacado antes de ahí – dije con desesperación, castigándome a mí mismo por dentro y dejando que una lágrima cayese por mi mejilla.

Me quedé mirando a TaeYong, esperando a que su pulgar acabase de secar mi lágrima, escuchando de fondo a BaekHyun y a Lucas tratando de reanimar a ese chico al que no sabía que tenía tanto miedo de perder, ni siquiera sabía por qué lo tenía, solo era miedo.

-Ya está – dijo BaekHyun dejándose sentar en el suelo con alivio – está vivo – me miró sonriente.

Yo me separé de TaeYong y le arrebaté el sitio a Lucas, para apoyar la cabeza de TaeMin en mis piernas y agarrarle la cara con mis manos mientras se reincorporaba.

-¿Por qué lloras? – preguntó él mirándome desde abajo.

Yo sonreí como respuesta, porque hablaba y seguía vivo.

-Está aquí – Ten llegó junto a nosotros con tres botes de medicinas, dos en pastilla y uno en líquido.

-La jeringuilla – Mark se la dio a Ten y supuse que era robada de ChanYeol porque nadie más tenía de eso ahí dentro.

Ten se encargó de inyectarle una dosis a TaeMin en el antebrazo y, aunque su cuerpo se tensó unos segundos cuando el líquido recorrió su cuerpo, después lo relajó, ya no temblaba, respiraba bien, su pulso iba con normalidad pero parecía extremadamente cansado así que lo llevamos a la celda.

Lo ayudamos a quitarse la ropa y a ponerse otra nueva y limpia, después lo metimos en la cama y lo tapamos bien, él no tardó en quedarse dormido y yo estaba a punto de hacerlo, apoyado de costado en la puerta de la celda.

-Kai, ves a curarte, yo me quedo con él – me dijo Ten desde la silla en la que estaba sentado.

Yo solo asentí, aunque no quisiese dejarlo con Ten, porque me quería quedar yo, y tumbarme con TaeMin en la cama hasta quedarme dormido, pero mi cuerpo no podía ponerse a llevarle la contraria, a oponerse o a hacer algún esfuerzo, así que solo me fui a mi celda, dónde estaba ChanYeol contando dinero en su cama, lo ignoré por completo y dejé caer mi adolorido cuerpo en mi colchón, hundiendo la cara en la almohada, ni siquiera me sentía con fuerzas para curarme.

-Kai – ChanYeol me llamó desde su cama – Kai, tío, ¿necesitas ayuda?

Yo solo negué, sin mirarlo, solo quería dormir, así que cuando él me tapó con las sábanas y simplemente me dejó en paz, lo agradecí muchísimo, porque era lo que necesitaba.

BAEKHYUN P.O.V

El cigarro que tenía entre mis labios mientras contaba dinero se consumía, a mi alrededor estaban los demás, incluso TaeMin, que se había encabezonado con salir a tomar el aire y estaba ahí, sentado en su sitio del banco de siempre y escuchando la conversación de los otros.

Yo solo contaba el dinero que JunMyeon me había dado, mientras pensaba en cómo hacer mi trabajo esa vez, había tantas formas que era complicado elegir una concreta, y más con la mano de Lucas en mi rodilla, que aunque no estuviese pendiente de lo que yo hacía, sino riendo y hablando con los otros, no era capaz de apartar la mano de ahí.

-BaekHyun – la voz de ChanYeol nos interrumpió a todos.

Yo me quité el cigarro de entre los labios y levanté la cabeza para mirarlo, expulsé el aire y le hice un gesto con la cabeza para que hablase.

-Tengo que hablar contigo, a solas – dijo echando un vistazo rápido a los demás, que lo miraban con curiosidad.

-Dilo aquí – dije yo.

Mark y Kai, que estaban frente a mí, le hicieron un hueco para que se sentase, yo me guardé el dinero en el bolsillo y la mano de Lucas se abrió aún más, agarrándome mejor la pierna, como si marcase su territorio ante el alto de pelo rojo que se sentaba delante de mí.

-Necesito un favor – dejó un rollo de billetes atados por una goma de pelo sobre la mesa, entre los dos.

-¿De qué se trata? – pregunté en un suspiro, cogiendo el dinero y quitando la goma, para contarlo.

-SuHo, lo necesito muerto – entrelazó las manos sobre la mesa, yo tiré el cigarro al suelo sonriendo con ironía y cuando acabé de contar el dinero lo dejé de nuevo en la mesa.

-¿Os habéis puesto de acuerdo? – me saqué el fajo de dinero del bolsillo y lo dejé también en la mesa – hace cuestión de un par de horas, JunMyeon me ha pagado lo mismo que tú para que te mate, te corte las manos y se las entregue – lo miré sonriente – ¿Qué hago ahora? ¿A quién de los dos debo matar?

-Pues a él – dijo con una sonrisa burlona en su rostro – porque yo te doy el doble – dejó otro fajo de billetes en la mesa y lo cogí.

Lo conté con tranquilidad, por si me engañaba, pero el cabrón ese estaba forradísimo de dinero.

-Dime algo, ¿por qué estás aquí, ChanYeol? – le pregunté juntando todo el dinero, tanto el de JunMyeon como el de él.

-Torturas a domicilio – sonrió con maldad y lo miré de reojo – tráfico de droga, de armas, de personas, varios asesinatos, atentar contra la autoridad y contrabando de bebés.

-Increíble expediente – sonreí – ¿y prefieres pagar a macharte las manos con un asesinato más?

-JunMyeon sabe que voy a por él, tendrá opción de defenderse y yo opción de perder, voy a lo seguro, eso es todo – carraspeó – por qué lo matarás, ¿verdad?

-Sí – le di el dinero a Lucas para que me lo aguantase – es más, voy a hacerlo ahora.

-Sabía que eras un hombre de negocios – se puso en pie conmigo y nos estrechamos la mano.

Yo suspiré, me despedí de él, que se fue con su grupo de amigos y amigas, y caminé hacia las celdas, sabía que JunMyeon estaba ahí porque él mismo me lo había dicho, yo debería estar matando a ChanYeol, no a él.

Caminando por el pasillo paré en seco al oír un grito que venía de la celda de TaeMin y SeHun, me paré frente a la puerta, tapada por la sábana blanca, y me quedé ahí frunciendo el ceño.

-Vuelve a hablar o a alzar la voz, y juro que durará más – oí salir de los labios de SeHun.

-Ya está – también se escuchó el sollozo de YuNa, pidiendo piedad – otro día, pero no más, por favor – le suplicó llorando – SeHun, no.

Yo aparté la sábana y entré en la celda, ahí encontré lo que me esperaba, a SeHun forzando a YuNa a tener relaciones sexuales con él, de SeHun no esperaba menos, él había secuestrado, violado, descuartizado y matado a tres de sus novias, y YuNa iba por el mismo camino.

-A la próxima invita, ¿no? – rompí yo el hielo cruzándome de brazos – y compartimos un poco.

-No me toques los cojones, BaekHyun – me advirtió él levantándose de la cama, completamente desundo, y YuNa lo aprovechó para levantarse y coger su ropa para vestirse.

-Yo seguro que no te los voy a tocar – bromeé – vete antes de que me haga una cuchara con tus huesos – lo advertí.

Lo mataría, pero se lo había pedido Kai.

Yo miré como se vestía y salía sin decir nada, impasible, como si lo acabase de pillar haciendo lo más normal del mundo y la verdad es que me había impactado hasta a mí la situación, cuando se lo explicase a TaeYong, Kai se quedaría sin nadie a quién matar.

-YuNa, métete en mi celda, ahora iré yo – le dije sacándola de la celda, ella vaciló un poco, como si no se fiase – está vacía, yo estoy aquí al lado, será un minuto.

Acabó asintiendo sin decir nada y esperé a que se metiera en mi celda para yo hacerla en la de JunMyeon, que estaba tumbado en su colchón, leyendo una revista, seguramente había estado escuchando como violaban a YuNa, pero no tenía pinta él de ir a impedirlo, más bien porque se llevaba bien con SeHun.

-¿Está muerto ya? – preguntó él cuando me senté a su lado en la cama.

-No – contesté metiéndome las manos en los bolsillos, agarrando el cepillo de dientes afilado que tenía como arma.

-¿Y qué haces aquí? – preguntó bajando la revista.

-Depende – me encogí de hombros – ¿tienes el triple del dinero que me diste? – le pregunté girando la cabeza para mirarlo.

-No – negó con la cabeza.

-Entonces vengo a matarte – me saqué en un rápido movimiento el arma del bolsillo, con una mano se lo clavé justo en el cuello, por dónde pasaba la yugular, y con la otra mano le tapé la boca, para que no hiciese ruido – thss – le dije yo girando el tenedor, llenándome las manos de su sangre – verás… ChanYeol me ha dado el doble, sabes que soy un hombre de negocios – le expliqué mientras se moría en mis brazos y por mi culpa – pero ha sido un honor conocerte, me caías bien.

-BaekHyun – agonizó él cuando la sangre empezó a salir también por su boca.

Yo solo callé, mientras seguía girando el cuchillo dentro de su cuello, provocando que se desangrase más rápido, le tapaba con más fuerza la boca, miraba sus ojos con superioridad, sintiéndome dominante e imponente ante él, me encantaba sentirme así, amaba mirar a mis víctimas a los ojos y sentir el completo poder.

Cuando me aseguré de que estaba muerto, cerré sus ojos y me limpié las manos con sus mismas sábanas.

Dejé el cadáver en la cama, ya se lo encontrarían, y entonces me fui a mi celda, dónde YuNa me esperaba sentada en una silla, con los pies encima y abrazada a sus piernas.

-¿Te vas a explicar? – le pregunté sentándome frente a ella.

-No – negó con la cabeza y resoplé.

-¿Por qué? – le pregunté entrelazando mis manos sobre la mesa, ella solo volvió a negar – YuNa, necesito que hables conmigo si no quieres que eso vuelva a ocurrir – dije en un tono calmado – no le diré nada a tus padres pero necesito que me expliques que está pasando, solo así podré ayudarte.

Ella me miró seria, con la barbilla apoyada en sus rodillas y los ojos llenos de lágrimas, estaba muy débil, cuando entró parecía ser una chica muy fuerte y no ponía en duda que lo fuese, pero aquí dentro la estaban matando.

-Mira, haremos una cosa – me levanté para coger una libreta pequeña y un bolígrafo que tenía bajo mi colchón y me volví a sentar con ella – no hace falta que lo digas, escríbelo – se lo puse todo delante y ella bajó los pies al suelo.

-¿El qué? – susurró mirando hacia la puerta.

-No hay nadie – le aseguré – estoy aquí, no va a pasar nada – traté de calmarla – escribe lo que tengas que escribir, YuNa, lo que necesites para que sepa que está pasando.

Ella acabó asintiendo con la cabeza y cogió el bolígrafo con la mano temblorosa y siempre pendiente de si entraba alguien en la celda dónde estábamos, después empezó a escribir.

TAEYONG P.O.V

BaekHyun nos había pedido a JaeHyun y a mí de vernos un momento, porque quería hablar de algo muy importante, así que cuando todos estaban en las celdas o en los vestuarios antes de ir a cenar, nosotros dos fuimos a encontrarnos con BaekHyun, que nos esperaba en la biblioteca, vacía a esa hora.

-¿Dónde está? – preguntó JaeHyun encendiendo las luces.

-Aquí – él se levantó de una silla y caminó hacia nosotros con un papel en la mano.

-¿Qué pasa? – pregunté yo.

-Es un tema delicado, la verdad – carraspeó un poco y miró el papel que tenía en la mano – y tenéis que guardar el secreto, porque le he dicho a vuestra hija que no diría nada.

-Arranca, BaekHyun – le metió prisa JaeHyun, perdiendo los nervios.

-Hace cuestión de tres horas, yo iba a matar a SuHo y he escuchado gritos suyos en la celda de SeHun – empezó a explicar – la estaba violando.

En ese preciso instante, creí que mi cuerpo iría solo a matar a SeHun, a destrozar la cara de ese capullo.

-La he sacado de allí y la he metido en mi celda para que me explicase que pasaba pero no quería así que le he hecho escribirlo, se le ha hecho más fácil por escrito – movió el papel que tenía en su mano – ¿queréis leerlo vosotros mismos o lo hago yo?

-Ya lo has leído, dinos – le di el turno de palabra de nuevo y suspiró.

-Es tu culpa, TaeYong, van a estar así hasta que la maten o hasta que hables y delates a todo NCT127, JiSoo es la madame, ella es quién la vende a los presos que pagan por ella, al principio YuNa se negó, por eso no le daban de comer, después renunció a su cuerpo solo para poder alimentarse, accediendo a que JiSoo la usase como su prostituta – explicó y llevó la vista al papel – ¿queréis saber quiénes han abusado de ella o no hace falta?

-¿Quién? – preguntó JaeHyun con los puños apretados a ambos lados de su cuerpo.

-El primero JungKook, que junto a NaYeon lo hicieron por segunda vez, YoonGi, TaeHyung, JunMyeon y SeHun el que más, según ella, esta era la tercera – se guardó el papel en el bolsillo – ella ahora está bien, con Mark y HaeChan.

Yo asentí y agaché la cabeza con los ojos cerrados, tratando de asimilar toda la información que BaekHyun nos había proporcionado, intentando que no se reprodujesen en mi mente las horribles imágenes de cómo abusaban de mi hija solo porque yo no podía delatar a mi equipo. Sabía que pasaba algo, pero no creía que podían llegar así de lejos.

-Voy a matarlo – JaeHyun salió a paso firme de la biblioteca, dispuesto a cargarse a SeHun y al que se le pusiera por el camino.

-TaeYong – BaekHyun agarró mi brazo cuando quise ir detrás de mi novio – si YuNa se entera de que lo sabéis, no me dirá nada más, está cagada de miedo y si corre la voz, la van a matar.

-Vale – asentí con la cabeza y después salimos los dos de la biblioteca para ir a por JaeHyun.

En las duchas no estaba, ni él ni SeHun, y aunque sí que estaba YuNa, no me paré, estaba con HaeChan, Jennie y Mark, así que no podía pasarle nada. Nosotros dos fuimos a las celdas, dónde parecía haber alboroto por parte de algunos presos y allí encontramos a JaeHyun y SeHun envueltos en una pelea, mientras los demás miraban y gritaban que se diesen más fuerte.

-Vamos, JaeHyun, para – me hice hueco entre la gente e intente separarlo de SeHun, que lo golpeaba entre sus piernas.

-Tío, que a SeHun tengo que matarlo yo, no tú – le dijo Kai, agarrando de los brazos a SeHun para apartarlo de entre las piernas de JaeHyun y apoyarlo en la pared.

-¿Me estás jodiendo, TaeYong? – me gritó JaeHyun cuando lo metí en su celda.

-Mejor me voy – dijo Momo sonriendo, la que veía avecinarse una discusión que no iba con ella.

-¿No vas a hacer nada? – me preguntó el moreno frente a mí.

-Desde luego que matarlo a puñetazos y en caliente, no – le aseguré – ¿qué ganas con esto, JaeHyun? Solo te beneficias tú, nadie más.

-Sí, me estás tomando el pelo – sonrió con ironía quitándose con el puño la sangre de la ceja – que ha violado a tú hija, le acaba de joder la vida.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a matar a SeHun? ¿Y los demás? Porqué no ha sido el único – le grité en un susurro – si matas a SeHun, a la vista de todos, el siguiente muerto eres tú – le di con el dedo en el pecho – pareces novato, joder – le di un puñetazo al colchón de la litera – en caliente, no.

-Que me lo digas tú, tiene delito – me retó con la mirada, refiriéndose a mi problema de autocontrol, porque yo tampoco me controlaba nada bien, incluso era peor, pero en ese momento, mi instinto de padre y supervivencia era mucho más fuerte que el suyo.

-Tú no tienes que cometer los mismos errores que yo, JaeHyun – dije en un suspiro – relájate, límpiate y nos vemos en el comedor – me despedí de él dándole un golpecito en el hombro y salí de la celda.

Ya no estaba SeHun, pero el rastro de sangre llevaba hacia su celda, no me pararía a ver lo grave que estaba, porque en el fondo sí que hubiese dejado que JaeHyun lo matara.

-¿Vamos a cenar? – Kai me rodeó el cuello con su brazo y ambos caminamos juntos hacia el comedor.

En comparación con esa mañana, con todo lo que había pasado con TaeMin, Kai estaba animado, o almenos más que esa mañana, aunque aún no había hablado con TaeMin para aclarar las cosas de Ten. Yo, sin embargo, no tenía ganas de nada, la noticia de BaekHyun me había destrozado y ya empezaba a barajar la idea de delatar a NCT127 para que dejasen a YuNa en paz.

-Papá – el grito de la chica rubia a mi espalda, hizo que Kai y yo nos girásemos.

La vimos saludando educadamente y con miedo a JungKook y TaeHyung, cuando se cruzó con ellos, y después caminó hacia mí.

-¿Podemos… – suspiró y se me quedó mirando, como si le estuviese resultando un gran esfuerzo hablarme – … podemos sentarnos juntos en el comedor esta noche?

-Yo voy a ir yendo – dijo Kai frotándome la espalda y mirándome sonriendo porque YuNa quería cenar conmigo – nos vemos luego.

Asentí mirando cómo se iba y después volví mi vista a ella.

-Claro, vamos – le hice un gesto con la cabeza para que fuese ella la primera en entrar al comedor.

Yo estaba gratamente sorprendido y lo primero que pensé para explicar la situación, fue que BaekHyun había hablado con ella o algo por el estilo, lo corroboré cuando ella y yo nos sentamos en una mesa solos y BaekHyun me sonrió levantando los pulgares, él era la persona más cambiante y versátil que había conocido jamás, o podía ser un maldito ángel caído del cielo o un puñetero demonio.

YuNa y yo empezamos a comer sin decirnos nada, pero sí que se notaba que ambos queríamos iniciar una conversación, por suerte vi a JaeHyun entrar en el comedor y se quedó mirándonos frunciendo el ceño.

-Está tú padre ahí – le dije a YuNa – ¿quieres que venga con nosotros?

-Sí – murmuró ella girándose a mirarlo, le hizo un gesto con la mano para que se acercase y después me volvió a mirarme.

JaeHyun se sentó a mi lado, dejó la bandeja en la mesa y nos miró a ambos, él también esperaba a que alguien hablase para poder comer sin que doliese tragar.

-¿Cómo has estado, YuNa? – le preguntó por fin JaeHyun, con una arriesgada pregunta a decir verdad, pero ella lo interpretó como que tenía curiosidad por lo que había hecho fuera, sin nosotros, y, con cuidado con lo que decía, empezó a hablar mientras nosotros la escuchábamos.

LUCAS P.O.V

Como no encontraba ni a TaeYong ni a BaekHyun, tuve que ir a la celda de Momo, a pedirle el teléfono a ver si podía contactar con mi madre y mi hermano, porque mi cara estaba en todos los periódicos y canales de televisión por algo que ni siquiera había hecho, para una vez que no era yo.

Ella me dejó el móvil sin poner ninguna pega pero mi madre no me cogió el teléfono, ni a la segunda, ni a la tercera y la cuarta.

-No me lo coge, gracias – se lo devolví, sintiéndome decepcionado con el resultado y después la miré tumbada en su cama, sin hacer nada.

-Si quieres llamar en un rato, avísame – se puso en pie y fue a su pequeña estantería para guardar el teléfono.

-Sí – susurré sin quitarle el ojo de encima – Momo.

-Qué – contestó ella sin girarse a mirarme.

-Que quería decirte que estoy con BaekHyun – tragué saliva y esperé alguna reacción de su parte.

-Me alegro – dijo Momo mirándome – no me pilla de sorpresa, además has mantenido las distancias todo el rato que has estado aquí hoy – sonrió con amargura – espero que te vaya bien con él, supongo.

-Me sabe mal – admití mirándola desde mi alta altura.

-No pasa nada, no puedo obligarte a que te enamores de mí – se encogió de hombros y me lamí los labios pensando en algo que decirle.

-¿Me pegas si te digo que podemos ser amigos? – arrugué un poco la nariz y realmente esperé una reacción violenta de su parte, pero yo me llevaba muy bien con Momo, que no nos acostásemos no significaba que no quisiera seguir hablando con ella, aunque eso a BaekHyun no le haría ni puta gracia, pero ya lidiaría con ello.

-No – sonrió un poco – te voy a necesitar – dijo ella haciendo que frunciese el ceño.

-¿Por qué? – pregunté yo con curiosidad.

-Porque llevo un mes de retraso – dijo dirigiéndose a la puerta para salir.

Yo sacudí la cabeza como si no me creyese sus palabras, un mes de retraso era muchísimo y preocupante teniendo en cuenta que ahí dentro no teníamos condones.

-Momo – agarré su brazo impidiendo que se fuese – BaekHyun, yo, ¿y quién más? – le pregunté queriendo saber quién se acostaba con ella.

-Y BaekHyun y tú – contestó, asegurándome que solo había mantenido relaciones con nosotros dos.

Yo suspiré y ella se marchó sin decir nada más, la verdad es que yo me cagué de miedo, no sabía exactamente cuánto había follado con BaekHyun, pero conmigo mucho y eso era preocupante, muchísimo.

Me quedé parado en su celda unos minutos, pensando en las palabras de Momo, y después me fui a cenar con los demás, menos con TaeYong, que sorprendentemente estaba con su hija, TaeMin estaba presente con nosotros pero tenía pinta de estar muy cansado, ni siquiera hablaba, solo escuchaba nuestra conversación.

Después, cuando ya todos estaban en sus celdas y durmiendo, yo vi a BaekHyun solo en el patio, sentado en un banco frente a una mesa metálica, con los pies subidos y apoyando la espalda en la pared mientras se preparaba unos cuantos cigarros.

Yo salí con él y le di un casto beso en los labios antes de sentarme a su lado.

-¿Me dejas tu teléfono, BaekHyun? – le pregunté embobado con sus dedos enrollando cigarrillos.

-Cógelo, en la sudadera – me dijo él con distracción.

Yo metí la mano en el bolsillo y saqué el teléfono, marqué el número de mi madre y me lo llevé a la oreja con impaciencia.

-Mamá – dije cuando se descolgó el teléfono.

-¿Cómo te atreves a llamar, hijo? – preguntó ella con claro dolor en su voz – has intentado matar a nuestro presidente – dijo echándome en cara lo que ya me esperaba.

-No he sido yo, mamá – le aseguré girándome en el banco, para darle la espalda a BaekHyun – te prometo que no he sido yo.

-Lucas, cariño – ella suspiró con pesadez – me dijiste lo mismo hace unos meses y estás encerrado, ¿cómo quieres que te crea?

-Por ese motivo, porque estoy encerrado, no he podido hacer nada – intenté justificarme y apoyé los codos en mis rodillas.

-Las pruebas dicen que lo has organizado con ese tal BaekHyun, desde dentro – dijo ella en un susurro – ¿qué quieres? ¿Para qué llamas?

-Para hablar con JungWoo – dije yo en un tono suave – ¿está contigo?

-¿Con quién iba a estar sino? – sonrió con ironía – no quiere hablar, Lucas.

-¿Por qué? – pregunté yo rascándome la nuca con nerviosismo.

-Piensa igual que yo respecto a lo que se te acusa – suspiró.

-No puede ser, mamá, que no he hecho nada, de verdad que no – le repetí y sentí la mano de BaekHyun en mi cintura, acariciándomela con el pulgar.

-Ya hablaremos, hijo – se despidió de manera seca y colgó el teléfono.

Yo me lo aparté de la oreja y lo habría tirado contra el suelo de la rabia, pero no era mío y BaekHyun me mataría, así que solo se lo devolví sin dejar de darle la espalda, no quería ni mirarlo y eso que yo siempre tenía ganas de mirar a BaekHyun.

-¿Todo bien? – acarició mi espalda con su mano y suspiré.

-Sí – me lamí los labios y me saqué un cigarro del bolsillo para encenderlo y empezar a fumar – ¿te ha dicho Ten la carta que le ha llegado?

-Le atrasan la pena de muerte, sí – apartó la mano – por nosotros.

-¿Y te ha llegado a ti la de nuestro juicio?

-En seis días, también me ha llegado – asintió e intentó girarme para que lo mirase – saldremos de aquí antes.

-Eso espero – murmuré resistiéndome a que me girase.

-¿Por qué no me miras? – preguntó él dándose por vencido.

-¿Y cuando mataremos a JungKook? – le pregunté mirándolo por encima del hombro.

-La mejor venganza se sirve en frío – dijo encogiéndose de hombros, yo me saqué el cigarro de los labios y expulsé el humo hacia él – no te preocupes, estoy pensando en algo, cuando lo tenga planeado, actuaremos – me aseguró y asentí con la cabeza.

-Me voy a dormir – dije poniéndome en pie.

-¿Quieres que vaya contigo?

-No, mejor que no – negué y me agaché a darle otro beso – nos vemos mañana.

-Si cambias de opinión ya sabes dónde estoy – me dijo sonriendo un poco y agarrándome las mejillas – no te preocupes por nada, ¿vale? – me acarició con los pulgares.

-Ahora lo veo muy negro, BaekHyun – aparté sus manos, le regalé una pequeña e insignificante sonrisa y me puse recto para irme a mi celda.

Enseguida me supo fatal haberlo dejado ahí, mi cama estaba muy vacía, realmente quería que se quedase a dormir conmigo, pero mi humor no acompañaba, prefería dormir y que se me pasase, no cagarla con él era mi prioridad, porque era lo único bueno que tenía en ese momento.

Continuara..

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