Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 16

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Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 16

Autora: YASSGY0MIE

Fanfic: Behind the bars (Super M) Prologo

MARK P.O.V

Estuve trabajando con TaeMin, BaekHyun y Ten bajo tierra durante casi una hora, buscando una salida a ese punto del túnel que estábamos haciendo, habían más de cinco salidas y solo una era la correcta. Por suerte BaekHyun y TaeMin se habían comportado entre ellos, TaeMin por ignorante, BaekHyun por profesional, pero Ten no le dirigía mucho la palabra a TaeMin, aunque no dejaban que influyese en la fuga.

Cuando TaeMin memorizó bien todas las salidas, volvimos a subir a la superficie, yo les había dicho a JaeHyun y TaeYong que en cuanto pudiese iría con YuNa, para estar con ella, que aún no podía levantarse de la cama, y así ellos se despejaban un poco.

-Eh, Mark – Kai me pilló por el pasillo y lo vi correr hacia mí con dos palos metálicos en las manos – Lucas y yo le hemos hecho unas muletas a YuNa – me dio los dos palos metálicos y los observé bien.

Parecían dos palos sacados de las camas, le habían puesto algodón y vendas en la parte de abajo, la que se apoyaba en el suelo, después parecía que habían cortado una pata de la cama en dos para hacer el soporte para las manos de YuNa, eso también estaba cubierto por vendas y ropa, para que no se hiciese daño, y habían puesto dos gomas en el otro extremo, para atárselas a los brazos y que las muletas estuviesen bien sujetas.

-¿A quién habéis dejado sin cama? – pregunté yo sonriendo.

-A JungKook – él se encogió de hombros – son seguras, Lucas las ha probado por todo el patio, si aguanta a Lucas la aguanta a ella.

-Sí, gracias, tío, ahora se las llevo – le di un golpecito en el hombro y él asintió.

Yo seguí caminando hacia la celda, JaeHyun y TaeYong estaban sentados fuera, porque ella estaba incluso más enfadada con ellos, porque era culpa de TaeYong que le hubiesen cortado el dedo hacía un par de días.

-Hola – los saludé a ambos chocándoles la mano – Kai y Lucas han hecho unas muletas para YuNa, para que se pueda mover más – les dije yo enseñándoselas.

-Entra tú a dárselas – dijo JaeHyun levantándose del suelo.

-Ahora iré a darles las gracias – dijo TaeYong mirando bien las muletas que habían hecho.

Le habían echado mucha imaginación, desde luego.

-Iros un rato, me quedaré yo con ella – les dije – TaeMin quiere verte – miré a TaeYong y él asintió antes de irse con JaeHyun.

Yo aparté la sábana con la que se cubría la puerta de ma celda y entré, YuNa estaba en la cama, con la espalda apoyada en la pared y las piernas estiradas a lo largo del colchón, tenía un libro entre sus manos y lo leía con interés.

-Hola – besé su cabeza – ¿como estás?

-Mejor que ayer – dijo ella dejando el libro en su regazo – no me habían dicho que vendrías a verme.

-Se me dan bien las sorpresas – me encogí de hombros sonriendo y le enseñé las muletas artesanales – de Lucas y Kai.

-Gracias – rió un poco – ahora las probaré – asintió y las dejé apoyadas en la pared – la verdad es que no sé cuánto me va a costar devolveros lo que estáis haciendo.

-Nada, no pedimos nada a cambio – dije yo cogiendo el fajo de cartas que había en una esquina de su cama – ¿juegas?

-Ha venido Haechan hace un rato y hemos jugado – me explicó ella – ven, te dejo un hueco.

Yo me metí con ella en la cama y nos tapamos las piernas con las sábanas.

-¿Y cómo estás con él? – preguntó ella mirando como yo removía las cartas entre mis manos.

-Solo hemos hablado dos veces, en la primera discutimos y la segunda fue insignificante y sobre ti, el día de las duchas – le expliqué.

-Que rencoroso.

-Tú no lo eres menos – rodé los ojos y la miré sonriente.

-Pero no estamos hablando de mí – sonrió – ¿aún recuerdas los trucos de magia que nos hacías a JiSung y a mí?

-No, pero puedo intentarlo – reí un poco y me acomodé en la cama.

Estuve un buen rato intentando recordar y haciendo pruebas para recordar como mínimo uno y aunque tardé lo mío, la hice reír y ya me valió con eso, sabía lo mal que lo estaba pasando ahí dentro y quería verla bien, almenos conmigo.

Al final logré recordar aquellos viejos trucos que tanto me gustaba hacer y ella los disfrutó como cuando era una niña, ni aún preparándolos delante de ella se daba cuenta de cual era la trampa pero lo pasó bien y eso era lo que yo quería, que lo pasase bien.

Después de un buen rato jugueteando con esas cartas, miramos juntos una de las revistas que tenía amontonadas bajo la cama, comentándola y criticando todo lo que leíamos, incluso salió la pena de muerte de Ten.

Cuando quise darme cuenta mi brazo pasaba por sus hombros y nuestros cuerpos estaban prácticamente pegados, dándose calor, con las piernas entrelazadas, era como si se hubiesen pegado solos, como si la fuerza de la gravedad no nos permitiese no haberlo hecho y lo que más me asustó fue que no me sentí incómodo, mucho menos quise apartarme.

-Quiero salir de aquí – dijo en un suspiro y mirando hacia la puerta – necesito tomar el aire.

-Creo que es hora de probar las muletas – dije yo saliendo de la cama, en contra de la voluntad de mi inconsciencia.

Ella consiguió sentarse en la cama, aún tenía todo el pie vendado e hinchado.

-Ven – le di la mano y la puse en pie, ella se mantuvo a pata coja, con las manos en mis hombros para aguantar el equilibrio mientras yo cogía las muletas.

-Perdón – dijo ella cuando nuestras frentes chocaron por culpa de la cercanía de nuestros cuerpos.

-Tranquila – sonreí un poco y me alejé cuando las muletas estuvieron bien puestas – supongo que sabrás usarla.

-Por desgracia – contestó ella en un susurro y dando un paso hacia delante.

Yo la dejé salir a ella primera y le puse una mano en la espalda para ir guiándola hacia el patio, dónde estaba todos los presos, siendo muy consciente de que yo me habría quedado con ella ahí dentro, solos y abrazados en la cama.

TAEMIN P.O.V

A pesar de que todos estaban hablando a mi alrededor y bromeando entre ellos, yo solo me concentraba en la fuga, en como sacaría a esos animales de ahí, tener bombas por todos lados nos lo estaba dificultando y si mi mente fallaba, moriríamos todos, ellos me daba igual, pero yo no, así que simplemente los ignoraba, sus voces sonaban de fondo mientras yo dibujaba de memoria los planos del subterráneo y apuntaba algunas cosas para aclarar las cosas en mi cabeza.

-Vamos a comer, ¿vienes? – Lucas, que se sentaba a mi lado, se puso en pie junto a todos los demás.

-No, ahora no, iré en un rato – dije yo frotándome la cara con las manos.

Ellos asintieron, menos Ten y Kai, que más bien me ignoraron, como los dos días anteriores, no les podía durar mucho más la tontería de niños pequeños de querer ignorarme a hablar conmigo.

Cuando todos se fueron y me quedé solo en el patio suspiré muy profundamente, los últimos días me había estado encontrando muy mal y había enviado una solicitud a través de una carta para que un médico pudiese verme, en realidad no quería eso, necesitaba una jeringuilla, que no fuese la de la morfina de ChanYeol, para poder inyectarme la medicación directamente a la sangre, porque a pastillas ya no me hacía efecto.

Y como ya sabía, vinieron a buscarme al patio, dónde me ataron de manos y pies y las muñecas bien pegadas a la cintura, para que aún pudiese moverme menos, ni conociéndonos y dándose cuenta que era más probable que los atacase Kai a que los atacase yo, aflojaban esa seguridad contra mí.

Me llevaron al otro edificio y allí me ataron a la camilla de la enfermería para que esperase sentado y sin moverme.

Durante esa espera, localicé las jeringuillas en una bandeja metálica, junto a las demás cosas, pero sería difícil cogerla si estaba atado a la cama, debía pensar en algo rápido.

-Buenos días – una doctora joven entró en la enfermería y pidió privacidad con el preso así que nos quedamos solos – veamos, Lee TaeMin, he leído su petición y voy a proceder a sacarle sangre y a hacerle algunas pruebas físicas.

Yo solo asentí y me dejé hacer, esa chica me sacó sangre y me hizo pruebas de fuerza, yo no tuve que contener esa fuerza, porque realmente no la tenía, en sus manos contra las mías, ella tenía más que yo y eso empezaba a preocuparme mucho porque mi estado físico podía perjudicar a la fuga.

-Con mi permiso – un general, lo que se le llamaba un pez gordo, entró con sus aires de superioridad a la consulta, acompañado de cuatro agentes de pacotilla – ¿cómo estás, TaeMin? – preguntó mirándome sonriendo.

-Muy bien, gracias por preguntar – yo sonreí más amplio que él – ¿y usted?

-Bastante bien para ser lunes, la verdad – cogió mi informe médico y se paró a leerlo con atención – que envidia dais los jóvenes – rió un poco – eres el candidato perfecto, ¿sabes?

-Ah, ¿sí? ¿Para qué? – me acomodé en la camilla y lo miré interesado.

-Verás, estamos trabajando en algunos experimentos químicos y biológicos, sabrás de lo que te hablo, ¿verdad? – me miró alzando el mentón.

-Claro – asentí con la cabeza – por eso estoy aquí, ¿no?

-Sí, TaeMin, por eso estás aquí – suspiró – pero, ¿quieres saber algo?

-Sí, ¿por qué no? – ladeé la cabeza sonriente.

-Nosotros no somos tan diferentes a ti – rió – solo existe una diferencia, que nosotros podemos hacerlo, tú no – se puso serio de golpe y sonreí con ironía.

-¿Se os han acabado las ratas y conejos de laboratorio, agente? – me crucé de brazos – ¿y viene aquí a proponerme ser su nuevo conejo de prácticas?

-Siempre me ha llamado la atención tu inteligencia e intuición.

-¿Y a qué espera? Lléveme al laboratorio – lo miré con tranquilidad pero algo retante, sabía lo que se me venía encima pero no me daba ni un poco de miedo, eran simples experimentos.

Me inmovilizaron entre los agentes y me sacaron a rastras de la enfermería para que caminase por los largos pasillos de la planta baja, ahí donde habían torturado a TaeYong y dónde ya mismo estaría YuNa, después de mí.

Me metieron en una sala de suelo y techo blanco, igual que tres de su paredes, la última era transparente de cristal, en la sala solo había una camilla, con esposas para pies y manos, y una silla blanca.

Cuando me dejaron solo, caminé hacia la gran cristalera y miré a través de ellas al general, junto a los agentes y los que parecían ser científicos, detrás de un enorme monitor lleno de botones de colores.

-Espero que te guste como te lo hemos preparado – me dijo el general a través de los micrófonos.

-Está bien, he estado en hoteles peores – me encogí de hombros.

-¿Preparado para probar de tu propia medicina? – dijo dando círculos con el dedo a un botón rojo que parpadeaba.

-Dele, por favor – asentí una vez con la cabeza y él casi hundió el botón al apretarlo.

Por el techo y el suelo empezó a salir aire de un color rosado que olía a todo tipo de químicos y yo supe que iba a ser una estancia muy larga ahí dentro.

KAI P.O.V

Llevaba buscando a TaeMin por la cárcel más de media hora, ya no sabía por donde más buscar, incluso estaba repitiendo sitios pero no estaba y yo quería hablar con él.

Al final cedí ir a la habitación que menos quería, a la de Ten, por si estaba ahí, no tenía ningún problema con él, porque él también había sido engañado, pero si encontraba a TaeMin con Ten, me cabrearía aún más.

-Ten – interrumpí en la celda y tanto él como su compañera de celda, MiYeon, me miró también – ¿has visto a TaeMin?

-No, yo también lo he estado buscando – dijo él sentándose en la cama – ¿dónde coño está?

-Joder – susurré y salí de su celda directo hacia dónde se reunían siempre los que se hacían llamar líderes.

Ten vino detrás de mí y yo salí al patio, caminando hacia JungKook, Momo y los demás, que estaban sentados en una mesa, vigilando al patio y hablando entre ellos.

-¿Qué habéis hecho con TaeMin? – pregunté yo poniéndome justo enfrente de JungKook.

-Pues yo me estaba preguntando lo mismo, porque quería hablar con él – dijo JungKook echándome el humo en la cara – ¿dónde está?

-No lo sabemos, sino no estaríamos aquí, ¿no crees? – preguntó en tono vacilante Ten.

-Pues alguien tiene que saber dónde está TaeMin, ¿no? – dijo JiSoo – no se ha podido volatilizar – me miró con las cejas alzadas.

-Los únicos con un poco más de huevos que los demás a acercarse sois vosotros – dije yo.

-El novio siempre es el principal sospechoso de la desaparición de la víctima– apuntó SeHun – a mí siempre me inculpaban de la desaparición de mis novias – se encogió de hombros.

-En esos casos sí que eras tú quién las secuestraba y las mataba, en este no, yo no sé dónde está TaeMin y Ten tampoco – les aseguré.

-¿Seguro? – sonrió YoonGi – ¿ninguno de los dos lo ha escondido para quedárselo para él solito? – nos señaló sonriendo sin gracia y cerré los puños a ambos lados de mi cuerpo.

-La última vez que lo he visto se ha ido con un agente para el otro lado – nos dijo Momo tirando el cigarro al suelo

-¿Sabes por qué? – preguntó Ten.

-No, ni lo he visto volver a entrar – se encogió de hombros – hace ya unas tres horas.

-Gracias, Momo – incliné un poco la cabeza y me alejé de esos pedazos de mierda antes de liarme a puñetazos.

Junto a Ten me acerqué a la valla que nos encerraba, le arranqué de las manos a Rosé el tirachinas que tenía y que ella misma había hecho, cogí una piedra del suelo y la lancé hacia la torre de control, para llamar la atención de los agentes. Estos, algo alterados me apuntaron desde lejos con sus pistolas y mi cuerpo se llenó de puntos rojos, pero no me asusté, solo les hice un gesto con la mano para que se acercasen.

-No me está oliendo nada bien esta mierda – dijo Ten agarrando la valla con sus manos – ¿por qué se lo han llevado?

-Para nada bueno – le aseguré yo mirando hacia la puerta, esperando a que saliese alguno de ellos – pero vamos a saberlo.

Él asintió y apoyó la frente en la misma valla a la que se agarraba.

-¿Has hablado con él? – preguntó flojito, para que los que se habían reunido a nuestro alrededor, alertados por mi actuación, no se enterasen.

-Pensaba hacerlo hoy, ¿y tú? – le pregunté cruzándome de brazos.

-Igual – suspiró – ¿qué vas a decirle?

-¿Y tú? – fruncí el ceño.

-Tengo muchas cosas pensadas, pero no le voy a decir ni la mitad cuando lo tenga delante – admitió.

-Yo igual – le masajeé un poco la nuca y suspiramos.

Ambos estábamos enamorándonos del mismo chico, a ambos nos había conquistado por paralelo, ocultándonoslo, haciéndonos creer que solo estaba con uno de nosotros, cuando iba jugando a dos bandas, no sabíamos si queriendo o no, pero haciendo que nos enganchásemos a él como un par de idiotas.

Para cuando un par de policías llegaron a la puerta, frente a Ten y frente a mí, que estábamos ya rodeados por todos los demás, el primero me miró sonriente.

-¿Dónde está Lee TaeMin? – pregunté yo dando un paso más hacia delante.

-En nuestra sala de experimentos – contestó con serenidad.

Todos callamos e incluso dejamos que el otro policía entrase en nuestro patio, si nuestra intuición no se equivocaba, se lo habían llevado para experimentar con él, tal y como él había hecho en su laboratorio. Se me erizó la piel al pensar que podrían estar haciéndole lo mismo, según las autoridades, las pruebas, los jueces, investigadores y el propio TaeMin, él mismo había abierto en canal a gente viva y consciente para ver como sus órganos se degradaban con los productos bioquímicos que él creaba, a hombres y mujeres de todas las edades, incluso niños pequeños y recién nacidos, por eso era conocido como un maldito monstruo.

-¿Alguna pregunta más? – el policía que estaba con nosotros dio una vuelta para mirarnos a todos.

-¿Cuándo vais a acabar de usarlo como marioneta? – preguntó JungKook – aquí tenemos cosas pendientes.

-Tranquilo, podrás seguir tirándole piedras si cuando vuelve está de una pieza – rió el mismo y yo retrocedí para ponerme con Ten y Lucas – ¿Byun BaekHyun? – preguntó en alto y enseñando un sobre blanco.

-Presente, como siempre – él dio un paso al frente y tiró el cigarro al suelo.

-Acérquese más, por favor – le pidió él llevándose la mano libre a la porra de la cintura.

-BaekHyun – lo avisó TaeYong que vio lo mismo que todos nosotros.

Pero fue muy tarde, el policía ya la había sacado y lo estaba golpeando sin opción a que él se defendiese, el primero en ir en su ayuda fue Lucas, que se llevó un calambrazo por parte de mismo policía con la máquina que tenían para inmovilizarnos, entonces ninguno más se acercó a ayudarlo, aunque lo estuviesen matando a palos.

-Nos vemos en el juicio – el mismo agente le tiró la carta encima a BaekHyun, que estaba tirado en el suelo y encogido, seguramente esperando más golpes, después le escupió – capullo.

-Estás muerto – Lucas se levantó del suelo, lo agarró del cuello con una mano y con la otra le dio un puñetazo en la cara.

Así empezó una pelea contra ese policía, que no tuvo mucha escapatoria contra unos presos hambrientos de su propia justicia, yo aproveché ese momento para ir hacia el que aún estaba fuera, pidiendo refuerzos. Metí en un movimiento rápido mi brazo a través de la valla y conseguí agarrarlo con fuerza del cuello, apretando bien para que no tuviese mucha opción a movimiento o a respirar.

-Ten por seguro, que como TaeMin no llegue de una pieza, vas a ser el puzle de mis hijos – lo amenacé clavando mis uñas en su piel y observando cómo empezaban a caer algunas gotas de sangre por su cuello – asiente con la cabeza si lo has entendido.

Él negó, resistiéndose a mi agarre, su cara estaba roja y estaba seguro que si en menos de diez segundos él no hubiese reaccionado, estaría muerto, pero consiguió alcanzarme con la pistola eléctrica en el abdomen y aguantarla ahí hasta que yo no pude aguantar más y caí al suelo retorciéndome de dolor.

-Kai – Ten se arrodilló a mi lado y me ayudó a sentarme en el suelo – ¿estás bien? – me agarró la cara con sus suaves manos y me la movió para que reaccionase.

-Sí – murmuré – lo tenía, joder, lo tenía – maldije entre dientes.

-Ya está – se puso en pie y me ayudó a hacerlo yo también – vámonos dentro, las cosas se están poniendo muy feas aquí – me rodeó la cintura con su brazo y yo pasé el mío por sus hombros.

Me seguía temblando todo el cuerpo, todo a mi alrededor daba vueltas, pero Ten consiguió llevarme a la celda y ponerme a salvo.

BAEKHYUN P.O.V

Después de la gran cantidad de golpes que me había dado por todo el cuerpo ese policía sin saber la razón, todos se envolvieron en una pelea contra él, empezada por Lucas, yo me quedé en el suelo, encogido y con la carta que me había tirado bien agarrada.

-BaekHyun – Momo me agarró de una mano y me arrastró por el suelo hasta sacarme de entre toda esa gente – BaekHyun, vamos – me puso en pie y me cogió de los hombros para aguantarme – ¿estás bien? ¿Puedes caminar?

-Sí – sacudí la cabeza y escupí al suelo un montón de sangre – déjame – aparté sus manos de mí y como pude salí de ese patio.

Todo mi cuerpo dolía, no había una parte de él que no hubiese golpeado y lo peor fue que no pude defenderme y era imposible que otro lo hiciera por mí.

Acabé arrastrando los pies hasta llegar a mi celda vacía, dónde me tumbé en mi cama con la carta sobre el pecho y dejé que todo mi adolorido cuerpo se hundiese en el colchón, pero no tenía tiempo que regalarme, algo pasaba y tenía la sensación de que la respuesta estaba en esa carta.

Aún tumbado, la abrí y de ahí saqué un papel dónde me daban un día de juicio junto a Wong YuHei, por atentar contra la autoridad e intento de asesinato al presidente de Corea del Sud durante su pasarela por el centro de la capital Coreana. En otro papel había imágenes de un cuerpo muerto, por un balazo en la cabeza y mi respiración se paró al ver quién era, mi mejor amigo, mi hermano, la persona más importante que había tenido jamás había muerto, DO tenía perforada la cabeza.

Tampoco me di el lujo de llorar su muerte, cogí mi teléfono móvil de debajo del colchón y me metí en internet para informarme mejor sobre lo que había pasado pero antes de que lo hiciese me llegó un mensaje de un número que no tenía agregado.

Lo abrí con las manos temblorosas y allí alguien había escrito todo el plan para matar al presidente del Estado y con ello tenderme una trampa.

Alguien había movido aire, mar y tierra para hacer ver que yo y mi equipo habíamos organizado el asesinato junto al terrorista de Lucas, que había hecho estallar por los aires el Palacio Gyeongbokgung, dónde se dirigía el presidente a acabar su pasarela y dar el discurso de cada año. Según parecía había algunos testigos, partícipes de ese atentado, que decían que el líder que los enviaba era Byun BaekHyun y su segundo, Wong YuHei. El único abatido fue DO, él fue engañado, un mensaje transmitido desde una gran base de datos le había dicho que debía ir a esa pasarela y ponerse en el sitio estratégico para que las fuerzas armadas lo tuviesen como máximo sospechoso y disparasen, ese mensaje supuestamente se lo envié yo.

Al final del mensaje había una nota de la persona que me había tendido la trampa.

“No me hace falta tocarte para hacerte daño, BaekHyun, con quitarte a las dos únicas personas que te importan es suficiente. Lo siento, KyungSoo, lo siento, Lucas”

Lo dejé caer todo sobre el colchón, casi ponía la mano en el fuego a que sabía quién había sido y me costaba admitir que me había jodido la puñetera vida, más de lo que estaba.

Yo giré todo mi cuerpo hacia la pared y me encogí sin poder evitar echarme a llorar por la muerte de mi amigo, porque lo había matado yo, nunca pensé que lo encontrarían, que sabrían que era alguien importante para mí y que me jodería y dolería su muerte, pero lo habían hecho y habían dado dónde dolía.

Estuve mucho rato tumbado en la cama, sin moverme ni un centímetro más que para sorberme la nariz y secarme las lágrimas, pero al final acabó entrando alguien en la celda, en silencio y bajando la sábana de la puerta para después tumbarse en mi cama.

Reconocí el olor de Lucas enseguida cuando su brazo descubierto me rodeó el adolorido cuerpo, pero no me importó ese dolor, agarré el brazo que me pasaba por encima y lo abracé bien, aferrándome a él con fuerza, noté sus labios en mi nuca acompañados de su caliente respiración y se acomodó para abrazarme bien.

Yo cerré los ojos con fuerza y dejé escapar dos lágrimas más, pero esa vez no por DO, sino por el chico que me abrazaba, porque lo había condenado a muerte y sería yo quién lo viese morir, su condena de cadena perpetua era el antecedente a la pena de muerte, por lo tanto él iba por delante de mí, pero ahí estaba, abrazado a mí después de todo.

-Lo siento – dije dándome la vuelta para abrazarlo por el cuello y hundirme en él y su olor.

-No pasa nada – me frotó la espalda con su mano – no ha sido tu culpa.

-Claro que sí.

-No me importa, BaekHyun – me estrechó más contra su cuerpo – ¿tú sabes lo famosos que somos ahora? Salimos incluso en medios internacionales – bromeó sonriendo en mi pelo rosa desgastado.

Pero yo no dije nada, me quedé abrazado a su cuerpo y por un momento llegue a sentir que todo iba a salir bien si estaba entre sus brazos y si él lo decía y que miedo me dio eso, me dio más miedo que cualquier otra cosa porque sabía lo que significaba, no solo me gustaba Lucas, lo quería y me estaba enamorando de él como un iluso, igual que Momo.

Y tal y como me dijo Kai un día, no me estaba enamorando de él por su físico, que también, sino por lo bien que se portaba conmigo, porque esa tarde se quedó conmigo en la cama, hablando en susurros y robándome besos y abrazos que me fueron recomponiendo poco a poco, toda la tarde, incluso se saltó la cena conmigo y se quedó sin que se lo pidiese cuando mis compañeros de celda ya estaban en la cama.

Cuando todos dormían ya, yo estaba entre sus fuertes brazos, mirando como pintaba su nombre con un rotulador negro en la litera de arriba, coloreando las letras por dentro.

-Lucas – susurré levantando la cabeza de la almohada para mirarlo bien.

-Qué – susurró él también.

-¿Por qué no dejas a Momo y estás conmigo? – puse la mano en su pecho desnudo y lo miré casi suplicante.

-Porque nunca me lo has pedido, ni hemos hablado del tema – dejó el rotulador en el suelo y puso la mano en mi cuello, para acariciarme la mandíbula con el pulgar.

-Pues te lo pido ahora – miré sus ojos negros en la oscuridad y él sonrió, ¿quién iba a resistirse a esa sonrisa? – no te rías y contesta.

-¿Crees que estaría aquí si te fuese a decir que no? – estiró el cuello para darme un beso en los labios que después de sus palabras me supieron a gloria – ¿de qué tenías miedo, BaekHyun? ¿por qué no has querido hablarlo antes?

-Por miedo a que dijeses que no, supongo – volví a apoyar la cabeza en la almohada y él se giró más para verme mejor.

-¿Y quién fue el imbécil que te dijo que no? – preguntó el adivinando el motivo por el que en el fondo no quería otro rechazo.

-DO – contesté con contundencia y a él se le transformó la cara porque acababa de insultarlo, era mi mejor amigo y estaba muerto – él fue quién me rechazó, solo follábamos y por mucho que yo estuviese prendado de él, nunca me correspondió.

Tragué saliva recordando la tan dura época que fue para mí, no para él, claro.

-Bueno – sonrió de nuevo – más BaekHyun para mí – se acercó a besar la sonrisa que había conseguido sacarme – hablaré mañana con Momo, no tienes de qué preocuparte – me apartó el pelo de la frente y asentí.

-No tienes que quedarte toda la noche si no quieres – le dije, pensando en que llevábamos los dos más de cinco horas en la misma cama, a mi no me molestaba, pero tal vez él necesitaba más espacio.

-¿Me estás echando? – rió – iba a acariciarte la espalda hasta que te durmieses pero vale, me voy, la próxima échame de manera más directa, no hace falta sonar tan sutil – bromeó haciendo el amago de levantarse de la cama pero lo cogí del brazo para impedírselo.

-Pero si yo quiero que te quedes – murmuré volviéndolo a tumbar conmigo.

-¿Quieres que me quede? – preguntó sonriendo pegado a mis labios y asentí – entonces me quedo.

Le di un beso, mordí su labio inferior y después ambos nos acomodamos para dormir.

-¿Podéis casaros ya? – preguntó Jennie en la otra cama.

-Tenemos una fan – bromeó Lucas riendo.

-Por fin – gritó ella en un susurro – llevaba mucho tiempo esperando el momento en el que os nombrarais pareja.

-Jennie – reí un poco y levanté la cabeza para mirarla por encima de la espalda de Lucas, ella subió los pulgares sonriendo y después se dio la vuelta para dormir.

-Túmbate, bombón – Lucas me puso la mano en la cara para que me tumbase bien.

-Buenas noches – le di un beso en el cuello y él sonrió.

-Tú no te pegues mucho, que la liamos – bromeó riendo un poco.

Yo negué con la cabeza y cerré los ojos para dormirme con la única persona con la que quería hacerlo.

 

 

 

Continuara…

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