Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 11

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Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 11

Autora: YASSGY0MIE

Fanfic: Behind the bars (Super M) Prologo

TAEMIN P.O.V

Al entrar al comedor para desayunar todo estaba muy animado, la gente hablaba mucho y se movía de una mesa a otra, había más ajetreo de lo normal. Yo cogí mi bandeja con mi comida y me dirigí a la mesa dónde tan solo estaban Lucas,Kai, Mark y Ten, dejé la bandeja entre la de Mark y Kai y me senté ahí.

-Buenos días – sonreí y le di un sorbo a mi vaso de agua.

-Que de buen humor, ¿no? – me preguntó Ten sentado frente a mí, con su sonrisa mañanera, tenía la sonrisa más bonita de la cárcel y dudo que fuese el único que lo pensaba.

-Es que hoy no me han despertado SeHuny Lisa discutiendo – dije yo untando mis tostadas con la mantequilla de bote barata.

-¿Por qué discuten? – preguntó Lucas sin interés, solo para establecer conversación.

-Sexo – dije yo sonriente – creo –me encogí de hombros y todos pusieron los ojos en blanco,seguramente porque a todos les había traído problemas y discusiones el sexo.

De ellos no sabía absolutamente nada, solo de Lucas, que se acostaba con Momo, porque lo sabían todos, Momo lo había hecho intocable, tú tocabas a Lucas, tú te las veías con Momo. Pero de ninguno más, no sabía si Mark se enrollaba con alguien, ni TaeYong, ni BaekHyun, aunque este último si estaba muy cariñoso con Lucas y daba que pensar en si habían resuelto ya esas tensiones. Tampoco sabía si Ten tenía a alguien, no era celoso pero preferiría que no, porque aparte de sentir atracción por Kai, la sentía por Ten y no sabía si con él era recíproco o no. Con Kai lo era, pero tampoco nos habíamos enrollado más veces que aquella, sí habían acercamientos pero cuando parecía estar apunto de hacer algo, se echaba atrás, sabiendo que me dejaba a la expectativa.

-Buenos días – BaekHyun llegó a la mesa y revolvió el pelo de Lucas para luego sentarse a su lado.

-Para un día que me peino, y me despeinas – se quejó él intentando peinarse de nuevo.

-¿Ibas peinado? – Ten frunció elceño y Lucas lo fulminó con la mirada.

-¿TaeYong? – BaekHyun se giró –iba detrás de mí – lo buscó por el comedor.

-Está ahí – Kai lo señaló con la cabeza y todos miramos a esa dirección.

Estaba de pie, hablando con JaeHyun, todos los observamos esperando el desenlace y cuando se dieron unbeso, casto pero era un beso, todos volvimos la vista mientras TaeYong llegaba.

-No me lo esperaba, pero vale – Kai se encogió de hombros sonriente.

-Tú sí te lo esperabas, ¿verdad? –miré a Mark sonriente, que él también sonreía.

-¿El qué se esperaba? – preguntó TaeYong sentándose a su lado y frente a BaekHyun.

-JaeHyun y tú – el del pelo rosa le hizo cejitas y TaeYong sonrió.

-¿No os lo esperabais? – preguntó Ten frunciendo el ceño – yo sí me lo esperaba.

-Yo también – dijo Lucas – es más o menos como, ¿quién no se espera que BaekHyun y yo vamos a acabar juntos? Todo el mundo sabe que eso va a pasar.

-Lo siento, yo soy solo de sexo – le dijo BaekHyun riendo.

-Me vale – Lucas ladeó la cabeza con gracia.

-Me da igual lo que vayáis a tener, pero ya, por favor – Mark puso los ojos en blanco por su comportamiento y todos reímos un poco.

-Oye – Kai carraspeó un poco -¿podemos hablar de la nueva? De YuNa.

-¿Por qué quieres hablar de ella? -le preguntó Mark sonriente.

-Es guapa – la miró en una mesa de detrás nuestro – es muy guapa – repitió.

-Cállate, Kai – le pidió Mark, o más bien le advirtió.

-La van a machacar, es frágil, joven y ha vacilado a Momo – rió con ironía BaekHyun.

-Tengo que contaros algo antes de que empecemos con el plan del día y de que sigáis hablando de YuNa –TaeYong colocó bien su bandeja y se giró un poco para mirarnos a todos – y es importante, al menos para mí.

-Claro – entrelacé las manos sobre la mesa – habla.

-Bien – se frotó la cara con las manos – JaeHyun y yo, ¿sí? – nos miró para asegurarse de que todos lo seguíamos y asentimos con la cabeza – YuNa, la nueva presa – volvimos a asentir – es nuestra hija, la adoptamos hace unos años.

Mientras todos asimilaban que TaeYong tenía una hija y que llevaba con JaeHyun ya varios años, yo giréla cabeza para mirar a YuNa, sola en una mesa con HaeChan, debían conocerse, por eso estaban juntos desayunando.

-Y la han metido aquí pues ya os imagináis para qué – suspiró.

-Sí, tío, la van a matar – dijo Lucas muy serio – y a prostituir, seguramente. JiSoo,concretamente.

-Lucas, cállate que la estás cagando– dijo Ten a su lado.

-Ya lo sé, por eso os lo digo –tragó saliva y todos asentimos.

-Vale, cuidaremos de ella, no te preocupes – le acerqué el puño y él me lo chocó.

-Y, por supuesto, que no os podéis acostar con ella – nos advirtió a todos.

-Ah, ¿no? – Kai frunció el ceño –pues que putada, tío – admitió.

-Te parto en dos – lo amenazó TaeYong y yo miré a Kai, que él se fijase en una chica no me extrañaba en absoluto, además, si quería, la conseguía.

-Tranquilo – dijo cerca de mi oído –no te pongas celoso, que era broma – dijo distrayéndose con la comida.

-No me he puesto celoso – sonreí y él me miró de reojo.

-¿Seguro? – pasó una pierna por encima de la mía y coloqué la mano en su rodilla.

-Seguro – contesté yo mirándolo y él se encogió de hombros desviando la mirada de mi a los demás,que conversaban entre ellos.

A eso me refería, Kai siempre encontraba la manera de acercarse o de decir algo que dejase las cosas en el aire y ya está, y así llevábamos más de una desesperante semana.

-TaeMin – Ten llamó mi atención y yo los miré a todos – ¿quién irá primero?

-Ten, tú te quedarás vigilando las cámaras – él me asintió con la cabeza – primero irán Mark, BaekHyun y Lucas –asintieron – después, por la tarde, TaeYong,Kai y yo. En ese espacio de tiempo, haremos los agujeros con el martillo percutor, no podemos fallar ni desviarnos ni un poquito. Mañana empezaremos a tirar la pared abajo.

-¿Y qué hacemos con el agua? –preguntó BaekHyun bebiendo de su vaso.

-Sigo trabajando en ello – dije yo –necesito unas horas más.

Todos cerraron la boca cuando la puerta del comedor se abrió de par en par y formando un gran estruendo,siete guardias, muy protegidos y armados nos interrumpieron y todos dejamos de hacer lo que estábamos haciendo para prestarles atención y creo que todo el comedor pensó en la misma persona, en TaeYong.

-A los que nombremos, se van a acercar y vendrán con nosotros – dijo el que parecía ser el portavoz,entonces todas nuestras hipótesis cambiaron. – Jeon JungKook, Hirai Momo, Kim JiSoo, Kim TaeHyung, Oh SeHun e Im NaYeon. Acercaos.

Los nombrados se miraron entre sí, indecisos y vacilantes, y hasta que Momo no caminó hacia el que hablaba y la esposaron, los demás no lo hicieron. Todos observamos como los esposaban uno a uno, con precaución por si ellos intentaban ponerse en su contra, y después se los llevaron. Eso era raro de cojones y no podía significar nada bueno.

-No creo que sea casualidad que se los hayan llevado a ellos – dijo Mark dándose la vuelta hacia la mesa.

-Han ido a por los peces gordos – Ten suspiró – y no se han llevado a ninguno de nosotros, si se llevan a JiSoo, lo normal es que se llevasen a TaeYong y BaekHyun.

-Nos han esquivado – dije yo – y no sé por qué, pero creo que es por TaeYong – suspiré y aparté la pierna de Kai de encima de la mía – en veinte minutos los primeros en mi celda – dije poniéndome en pie – Kai, tú también.

-¿Yo, por qué? – alzó la cabeza para mirarme.

-Tú obedece – le masajeé los hombros con fuerza y él asintió una vez con la cabeza – voy a ducharme, nos vemos en la celda.

-Tío, te duchas tres veces al día,¿qué cojones? – Lucas frunció el ceño y yo solo sonreí y me marché sin contestarle.

Sí era cierto que me duchaba unas tres veces al día desde que estaba ahí, supongo que porque cuando metenían aislado de todos los presos solo tenía acceso a las duchas una vez cada tres días y ahora que podía acceder a ellas cuando quisiera, solo pensaba en el chorro de agua caliente cayendo sobre mi cuerpo, era el mejor momento del día.

Yo me duché, estaba solo en los vestuarios y eso lo agradecí porque podía estar aún más tranquilo, cuando salí me metí en la celda de Ten, dónde estaba con su ordenador y TaeYong, el segundo me dio lo que le pedí y me marché a mi celda. BaekHyun, Lucas y Mark ya estaban apartando la litera y Kai estaba apoyado en la mesa, afilando su navaja con otra.

-Rápido – dije bajando la sábana blanca de la puerta.

-¿Cuánto tiempo tenemos? – me preguntó BaekHyun sentándose en el suelo, con los pies colgando porel agujero.

-¿Cuánto necesitáis? – pregunté yo mirando mi reloj.

-Pues depende – Lucas se encogió de hombros – si BaekHyun cede a un polvo conmigo en el despacho del director pues necesitaríamos un poco más de tiempo – bromeó.

-¿No puedo cambiar de compañeros? –me suplicó Mark mirando como BaekHyun bajaba al subterráneo.

-Suerte – sonreí dándole un par detoquecitos en la espalda.

-Una hora – me dijo Mark antes de saltar al agujero.

Yo asentí y esperé a que Lucas bajara también, tapé el agujero y puse bien la litera. Después me acerqué a Kai, que seguía afilando su navaja y cuando me tuvo enfrente y con las manos en los bolsillos alzó la cabeza para mirarme.

-¿Qué pasa? – me preguntó él –tengo prisa.

-¿Prisa para qué?

-TaeYong me ha conseguido las pastillas, se me acabaron – dijo él dejando la navaja en la mesa.

-¿Estas pastillas? – me saqué el botecito del bolsillo y él frunció el ceño – en cada bote hay veinte pastillas, tú tienes que tomarte una al día y solo te han durado diez, eso quiere decir que te tomas dos al día – suspiré -¿qué coño haces?

-¿Me controlas?

-Me preocupas – corregí yo cruzándome de brazos – Kai, sabes el efecto secundario de las pastillas.

-No seas hipócrita, TaeMin – sonrió con ironía – no te preocupo yo, te preocupa el plan.

-Exacto, si sigues tomando estas pastillas en exceso se te va a ir la puñetera cabeza y todos tenéis que estar cuerdos.

-Estás pidiéndole cordura a una panda de psicópatas – se puso recto, acercándose más a mí – ni siquiera tú estás cuerdo.

-Cuento con lo que somos, pero no voy a permitir que te empastilles para sentirte más tranquilo, busca otro método, esto me lo quedo – me volví a guardar las pastillas en el bolsillo – puedes irte.

-Me quitas las pastillas y me echas –me agarró de la mano para evitar que me separase de él.

-Bueno, pues no te vayas – sonreí en un suspiro tranquilo y me quedé mirando sus ojos.

Notaba en el negro carbón de sus ojos como intentaba intimidarme o leer algo que se me pasase por la mente,pero no podría, nadie nunca lo había hecho y no le iba a dar ese privilegio a él.

-Joder – susurró con fastidio cogiendo con su mano mi mejilla y dejar un apasionado beso y que se tornó profundo enseguida, porque se notaban las ganas que teníamos los dos de besarnos – ¿si no te besaba yo, no pensabas besarme? –sonrió sobre mis labios.

-Te estaba esperando – dije yo agarrando su fina cintura y mordiendo con fuerza su labio inferior.

Nuestros labios volvieron a devorarse y nuestras manos tocaban el cuerpo del otro con fogosidad, sin poder dejarlas quietas en un mismo sitio. Kai era tan apetecible que se me hizo imposible no quitarle la camiseta de tirantes y él lo hizo con mi sudadera, pegamos nuestros cuerpos cuando yo ataqué su cuello con mis labios y mi lengua y él mantenía nuestros cuerpos pegados con las manos en mi espalda, caminó hacia detrás y se apoyó de nuevo en la mesa.

-Siéntate – le ordené pasando la mano por su pecho desnudo.

-Márcame – me pidió él cuando mordí el lóbulo de su oreja y me coloqué entre sus piernas.

-¿Quieres que todo el mundo sepa que hay alguien que ya te está comiendo? – susurré en su oído y dejéla mano que bajaba por su cuerpo en el borde de los bóxers que se le asomaban por debajo del chándal gris.

-Sí – asintió con la cabeza y pasó la mano por mi entrepierna, que empezaba a despertarse.

Dejé que metiese la mano dentro y me estremecí un poco al notar lo frías que estaban cuando me la cogió para empezar a moverla. Yo planté mis labios en su cuello y mordí,lamí y succioné esa zona durante un rato hasta dejar una marca rojiza en su piel, tal y como él quería.

-¿Qué más quieres? – pregunté mirando sus ojos lujuriosos mezclarse con los míos – tengo más formas de marcarte.

-Haz lo que quieras – perfiló con su dedo mi labio inferior y sonreí.

-Primero tienes que desnudarte – le aparté la mano de dentro de mis pantalones y retrocedí un par de pasos para dejarlo ponerse en pie.

Lo observé quitarse los pantalones y los bóxers y miré su erección que me reclamaba. Que puta obra de arte era Kai desnudo.

-Pásamela – señalé la navaja de la mesa y él sonrió con picardía cogiéndola.

Me la dio y jugué con ella entre mis dedos cuando él dio un paso adelante para acercarse a mí. Dejé un suave beso en su clavícula y empecé a caminar a su alrededor,pasando la parte plana de la navaja por su cuerpo, que se tensó cuando notó lo fría que estaba.

-Ahora es el momento de que te eches atrás – besé la parte de detrás de su hombro.

-¿Por qué iba a hacerlo? – preguntó girando la cabeza para intentar mirarme.

-Porque en cuando vea la sangre correr por tu cuerpo – clavé la punta a la altura de sus costillas – no voy a poder parar – deslicé la navaja unos tres centímetros haciéndole el primer corte y él ni se inmutó.

-No voy a pedirte que pares – sonrío dejando que hiciese otro corte en su clavícula – haz más, TaeMin– me pidió tragando saliva y escuché el verdadero deseo de su voz, que me animó a seguir.

Lo rodeé de nuevo, hice un corte en su espalda, en su pectoral, en su cintura y en su muslo. Habría hecho más, pero habrían más ocasiones.

-Estás confiando demasiado en mí –tiré el cuchillo al suelo y pasé el dedo por su cuerpo, desde la cintura hasta el corte de las costillas, recogiendo la gota de sangre que caía – ¿no crees? – me metí el dedo en la boca y saboreé la sangre.

-Seguramente sí – dijo sin apartar su mirada de mí, en ningún momento se miró el cuerpo por el que caían gotas de sangre, debería hacerlo, porque se veía perfecto así – pero me da igual, no quiero parar.

Yo sonreí ampliamente.

-Si pudieses verte ahora mismo como te veo yo, entenderías las ganas que tengo de hacerte mío.

-¿Y a qué esperas? – sonrió y sus ojos me suplicaron que me acercase a él e hiciese cualquier cosa.

Besé, lamí y succioné la sangre de cada uno de los cortes que le hice, oír sus gemidos y gruñidos cada vez me excitaban más, él no se movía, se quedaba quieto, solo noté sus manos en mi pelo alguna vez, jugueteaba con él mientras yo saboreaba su sangre. Me encantaba, me encantaba que mi pareja sexual se sometiese a mí y poder ver que disfruta cuando yo le cortaba.

Cuando me agaché a encargarme del corte de su pierna, aproveché para masturbarlo con mi mano pero sobretodo con mi boca, movía la cabeza para que su erecto pene entrase y saliese de mi boca y así prepararlo para el siguiente paso.

-Apártate – tiró de mi pelo paraque me la sacase de la boca y me levantase, él se corrió y gimió sobre mis labios.

-Vamos a la cama – le hice un gesto con la cabeza señalándosela y pasé las manos por su cuerpo, las heridas apenas sangraban ya, se las había hecho pequeñas por eso mismo.

Me agarró la mano y me guió hasta la cama para que me tumbase encima y nos besamos por un rato, dejé que me toquetease y que me quitase los pantalones mientras ambos nos movíamos frenéticamente rozando nuestras entrepiernas.

Me coloqué de rodillas y él se sentó en la cama mirándome.

-Vas a hacerlo tú, ¿verdad? –sonrió un poco y asentí con la cabeza, me esperaría que Kai se opusiese a eso pero no lo hizo, se encogió de hombros y se dio la vuelta, dándome la espalda.

-Inclínate – le pedí mientras me quitaba los bóxers y los dejaba en el suelo, junto al resto de la ropa.

Kai se inclinó y apoyó las manos en el colchón, repartiendo su peso entre las rodillas y sus brazos. Yo agarré con una mano mi pene y empecé a masturbarme mientras que con el pulgar de la otra mano hacía círculos en la obertura de su ano,intentando hacerme paso, dobló un poco más la espalda y gimió cuando aumenté el ritmo y al fin conseguí meter el dedo y todo su cuerpo se tensó. Yo seguí moviéndolo un rato más hasta que creí que estaba lo suficientemente lubricado.

-Ya puedes hacerlo – dijo él en un suspiro de placer.

-Lo sé – pasé el glande de mi pene por su obertura y suspiré como él segundos antes.

Por la posición en la que estaba y su tranquilidad supe que no era la primera vez que se la metían,igualmente fui poco a poco, introduciéndola en él hasta el final.

Agarré su cintura con mis manos,rozando uno de los cortes con mis dedos y mojándolos de sangre, moví mi cintura contra la suya, primero despacio y a un ritmo progresivo,aumentando la velocidad.

Kai gimió y se tapó la boca con la mano, porque por los pasillos aún había gente y unas celdas a la derecha, TaeYong y Ten vigilando las cámaras del edificio donde estaban los demás, jugándosela mientras nosotros follábamos y nos sumergíamos en una ola de placer exquisita.

-TaeMin – gimió dejándose caer sobre sus codos, agachándose aún más, yo me incliné y pasé los dedos desde su nuca hasta su cintura, acariciándole toda la espalda y sin cesar mis movimientos.

-Sí… – gemí yo cuando me noté llegar al límite dentro de él y Kai gimió llegando también conmigo.

Salí de él y me senté en la cama,con la espalda en la pared, la respiración acelerada y el cuerpo húmedo de sudor, me miré los dedos llenos de su sangre y después observé como él se sentaba a mi lado, de la misma manera que yo.

Ambos nos quedamos unos minutos en silencio, recuperándonos de esa sesión de sexo tan satisfactoria,yo miraba al frente, la cama de DaHyun, y él se miraba los cortes sin darles mucha importancia.

Al rato, ayudé a Kai a limpiarse y curarse las heridas y después él sacó un cigarro del bolsillo de sus pantalones tirados en el suelo y lo encendió para ambos. Yo nunca me quedaba más de dos minutos después del sexo, demasiado comprometido, pero me fume uno, dos y tres cigarros con él,charlando y riendo desnudos en mi cama, y me importó una mierda si SeHun, Lisa o DaHyun necesitaban entrar en la celda, porque w Kai y estaba a gusto, los haría esperar hasta que él decidiese, o, como fue el caso, hasta que llegaron Lucas, BaekHyun y Mark.

BAEKHYUN P.O.V

Eran pasadas las diez de la noche, ya habíamos cenado y la mayoría estaban duchándose y yo contaba el dinero que había ganado ese día al dejar el teléfono móvil. En las tres semanas que llevaba ahí había conseguido bastante, que no nos dejasen hacer llamadas como dónde estábamos antes, solo me beneficiaba a mí, porque ni JungKook, ni Momo, Ni TaeYong dejaban sus móviles, así que todos los presos recurrían a mí.

-Ahora vuelvo – dije levantándome de la cama y mirando a Jennie, peinándose y mirando por la ventana,fuera llovía mucho, hacía tiempo que no lo hacía así en esa zona.

-¿Vas con Lucas? – me preguntó sonriendo con picardía.

-No – sonreí frunciendo el ceño y ella hizo una mueca de fastidio.

Negué con la cabeza y salí de la celda con el dinero en el bolsillo, Jennie era la única que sabía lo que me traía con Lucas, nada enrealidad, pero algo había, porque últimamente ocupaba un gran tiempo de mis pensamientos, y ella estaba muy a favor de que estuviésemos juntos. Me agradaba la relación que había conseguido con Jennie.

Entré en la biblioteca, ya supuestamente cerrada por orden de Momo y JungKook, y encendí la linterna del móvil, para no encender las generales y llamar la atención. Me acerqué a la estantería de libros más alta, escalé algunos estantes y cogí el grueso libro sobre historia de la filosofía, allí guardaba mi dinero, porque era imposible confiar en nadie y esconderlo en la celda era querer perderlo, ahí estaba NaYeon.

Saqué el lomo del libro, de unos cinco dedos de grueso y dos palmos de largo, ahí tenía el dinero enrollado, ahorraba para ir enviándoselo a DO, así él lo juntaba con el que ya teníamos y puede que llegásemos a pagar la deuda.

Cuando miré en el interior del lomo no había nada, estaba hueco, vacío y sin mi dinero. Toda la sangre me hirvió por dentro porque alguien lo había cogido y la primera persona que me pasó por la mente fue Lucas, él estaba a mi lado el día que metí el dinero ahí dentro, creí que no lo había visto,pero no tenía otra explicación.

Coloqué el lomo de nuevo y salí con el libro en la mano de la biblioteca, a toda prisa hacia la celda de Lucas, y estaba enfadado, porque ese era el dinero que podía salvarme la vida y Lucas, robándomelo, estaba jugando con ella.

-Lucas – dije en alto asomándome en su celda.

-Aquí, presente – dijo él colgando sus camisetas de un cordón que cruzaba la celda, para que sesecasen.

-Mi puto dinero – dije entrando ya aprovechando que no había nadie dentro.

-¿Perdón? – se giró frunciendo el ceño, como si no supiese de qué hablaba.

-Mi dinero, estaba aquí dentro –tiré el libro sobre su cama y él lo miró de reojo.

-Que cutre, tío, normal que te lo robasen, vaya escondite de mierda – señaló el libro y suspiré.

-Lucas, eres el único que podía saber donde estaba el dinero.

-La biblioteca es pública, cualquiera lo puede haber visto – se defendió él.

-¿Quién coño lee esa mierda? Tú estabas el día que arranqué el lomo y metí el dinero.

-Pues no lo vi, yo estaba leyendo 50 sombras de Grey, tío – se volvió a dar la vuelta, para darme la espalda y seguir colgando sus camisetas.

-Lucas, no me toques los cojones –dije en un suspiro y masajeándome con los dedos el puente de la nariz.

-No me los toques tú a mí – murmuró él – ¿por qué iba a robarte el dinero? – se volvió a girar –ahora mismo soy de las personas más millonarias del puto país, no necesito tú dinero – se justificó – además, sé que lo necesitas, ¿por qué iba a quitártelo?

Yo me quedé callado mirando como seguía colgando ropa, los músculos de su espalda se tensaban siempre que hacía el mínimo movimiento y al oír sus palabras me relajé un poco, tal vez me había precipitado pero estaba tan desesperado por reunir el dinero que lo veía todo ofuscado.

-JungKook, tío, él también estaba en la biblioteca ese día con NaYeon – dijo sin girarse a mirarme –y los dos te la tienen tomada.

Asentí con la cabeza sin verbalizar nada y salí de su celda directo a la de JungKook, lo tenía él y ya me estaba tocando mucho las narices así que le tenía muchas ganas. En la celda estaba HaeChan, tumbado en su litera y leyendo un fino libro, JungKook también estaba, sentado en una silla de espaldas a la puerta y con YoonGi y TaeHyung de pie a su lado.

-JungKook – habló TaeHyung – es BaekHyun.

-Ahora no – dijo él sin mirarme.

-Ahora sí – dije yo, contradiciéndolo.

-Fuera, BaekHyun, ahora no es el momento, dime lo que me tengas que decir mañana – contestó con indiferencia.

-Para que salga de aquí… – di un paso al frente – vas a tener que sacarme.

-Está interesante la cosa – HaeChan dejó el libro en la cama y se sentó a mirarnos.

-Sacadlo – ordenó el pelinegro.

Sus dos perritos falderos se me acercaron, intentando ejercer la fuerza contra mí para sacarme, pero parecían no saber quién era, me costó muy poco doblegarlos y dejarlos tirados en el suelo y fuera de la celda.

-Nosotros nos encargamos – dijo Kai a mi lado, que volvía de las duchas acompañado de TaeYong.

Ambos, sin saber que me traía entremanos, se encargaron de que TaeHyung y YoonGi no me molestaran mas mientras hablaba con JungKook.

-HaeChan – habló TaeYong – conmigo– le hizo un gesto con la cabeza para que se marchara de la celda.

Cuando solo quedábamos JungKook y yo,me acerqué a él, que ni se había inmutado en ningún momento, él contaba dinero sobre la mesa, contaba mi puto dinero.

-Hay más de quinientos millones de wones – le informé yo y él sonrió con arrogancia – ¿qué haces con mi dinero, JungKook?

-Lo necesito – dijo él con tranquilidad.

-Yo también.

-Lo sé, por algo lo guardabas, ¿no?

-Iré al grano, JungKook – puse la mano en su nuca – o me lo devuelves, o te mato.

-¿Sabes? – se levantó con brusquedad y apartó la silla, después se giró a mirarme – de entre todos los presos y presas que hay aquí, con sus más, sus menos y sus historiales, la pelea más entretenida sé que sería contigo –sacó su navaja del bolsillo y sonreí sacando la mía propia.

Nos quedamos mirando, esperando a que el otro diese el paso, yo pensaba en como atacarlo pero tenía claro que iba a salir de esa celda muerto o con mi dinero.

-Aquí nadie va a matar a nadie –Momo interrumpió de nuevo entre nosotros, como la última vez –JungKook – le quitó la navaja de la mano y me guardé la mía antes de que me la arrebatase – la cosa va conmigo, BaekHyun, no con él – dijo interponiendo su cuerpo entre el de JungKook y el mío y mirándome fijamente – yo le pedí que te robara el dinero.

-¿Por qué? – pregunté cruzándome de brazos.

-Porque me debes algo – sonrió.

-Yo no te debo nada – dije con seguridad.

-Sí, claro que me lo debes – rió un poco – mátala, y envíame su cabeza y su mano derecha aquí mismo,entonces tendrás tu dinero pero mientras tanto, cada día que tardes es un millón que me quedo – dijo ella – y atrévete a oponerte,que envío a mis mejores hombres a Rumanía, y la cabeza que te llegará será la suya.

-Pero tú… – murmuré pero me quedé sin palabras, porque había jugado sus cartas muy bien y me tenía entre la espalda y la pared – vale.

-¿Ves como si te comportas podemos negociar y trabajar como un buen equipo? – puso su mano en mi hombro.

-Déjame en paz – se la aparté con brusquedad.

-El tiempo corre, BaekHyun – sonrió y esperó a que saliese de la celda – todo el mundo a la celda –gritó para que todos la oyesen.

Se quedó en la mitad del pasillo,esperando que todos se fuesen a la celda pero dejó que yo me fuera al patio, llovía, pero me quedé bajo un techo, sentado en un banco metálico y con la espalda en la pared.

Suspiré profundamente y jugué un rato con el teléfono en mis manos mientras observaba como llovía, odiaba que lloviese, no me gustaba en absoluto.

Con el móvil me metí en el chat en oculto, a través de la DarkWeb, por dónde me comunicaba con mi equipo de sicarios, así nadie podía rastrearnos, les pedí que buscasen a la mujer que Momo me había pedido que matase, que le cortasen la cabeza y la mano derecha y la enviasen a mi dirección.Si todo iba como tenía que ir, en dos días Momo tendría su paquete, aunque si la Yakuza no podía matarla, seguramente encontrarían dificultades, pero los teníamos muy bien pagados.

Después intenté llamar a DO, pero no me cogió el teléfono y eso me decepcionó, porque tenía ganas de hablar con él un rato y cuando a la segunda llamada tampoco lo cogió dimití y dejé el móvil para después quedarme mirando el suelo y como las gotas caían en él, chapoteando y haciendo un ruido acompasado y relajante en el fondo.

-¿Te apetece un beso bajo la lluvia? -preguntó la voz de Lucas apareciendo detrás de mí.

-No – dije yo sin girarme a mirarlo,lo besaría, pero no bajo la lluvia.

-Es un plan muy romántico, ¿sabes? -sonrió y noté su presencia muy cerca mío, estaba de pie a mi lado y mirando a la misma dirección que yo.

-Tú no eres romántico – dije en un suspiro.

-¿Y tú que sabrás? – rió y al fin lo miré alzando las cejas – vale, no lo soy, pero admite que la propuesta estaba bien.

-No me gusta la lluvia – dije bajando la cabeza.

-¿Por qué?

-Porque me mojo.

-¿En que libro de filosofía has leído eso? – bromeó por la obviedad que había dicho – no lo sabía de verdad, no me habría imaginado jamás que la lluvia moja.

-Idiota – susurré negando con la cabeza y él rió revolviéndome el pelo.

-¿Te ha jodido mucho Momo? – preguntó poniéndose serio y metiendo las manos en los bolsillos de su sudadera.

-Sí – dije yo sin importarme mostrarme jodido, porque lo estaba y también me hartaba esconderlo siempre.

-¿Hay manera de arreglarlo?

-Sí – suspiré.

-Entonces todo bien, ¿no? Podemos ir bajo la lluvia a darnos un beso – señaló hacia dónde llovía.

-Lucas, que no – repetí.

Él hizo caso omiso y aprovechó que era más alto y fuerte que yo para levantarme del banco y cargarme sobre su hombro para sacarme de debajo de ese techo y poderme bajo la lluvia, yo gritaba su nombre y que me bajase mientras reía pero él tampoco me hizo caso hasta que no se aseguró de que estaba bien mojado y me puso en el suelo frente a él.

-Ya estás mojado, tú gran pudor ha pasado – bromeó quitándose el pelo mojado de la frente y lo miré bien, estaba entre comérmelo a besos o pegarle un puñetazo por eso.

-El último beso te lo di yo – dije sonriendo, ya no me importaba estar bajo la lluvia, odiaba mojarme pero ya lo estaba y lo que me importaba era que Lucas estaba frente amí, reclamándome un beso – así que te toca a ti.

-¿Enserio? – rió – haberme dicho que funciona así antes – se acercó, me agarró las mejillas y plantó sus gruesos labios sobre los míos.

Aunque ya había besado esos labios,esa vez fue mucho mejor, porque nuestras lenguas se encontraron y mientras estas se exploraban por primera vez, queriendo llegar a conocer cada rincón de nuestras bocas, y que bien sabía Lucas bajo la lluvia, con las gotas cayendo sobre nosotros y resbalando por nuestros cuerpos, con el contraste del frío de nuestro exterior y el caliente del interior.

Que bien sabía Lucas.

-Besas bien – dijo sonriente sobre mis labios.

-Que alguna vez pensaras que no lo hacía, me ofende – dije yo apartando las manos de su cintura –tú no besas mal – ladeé la cabeza con gracia y dejé otro beso sobre sus labios – ¿satisfecho con tu beso bajo la lluvia?

-Sí, no ha estado mal – ladeó con la cabeza repitiendo mi gesto y reí sobre su boca.

Estuvimos un rato jugueteando bajo la lluvia, con besos de por medio, como niños pequeños y no recuerdo otro momento que me sintiese más libre que ese, ni dentro ni fuera de la cárcel, solo me sentí feliz por un momento y lo disfruté al máximo, hasta que nuestro cuerpo dijo basta porque nos helábamos de frío.

Yo tenía todas mis mudas en la lavandería y no podía dormir con lo que llevaba puesto, así que él se ofreció a darme algo de su ropa.

-Como despertemos a JiSoo, la hemos liado, voy a dormir en la lavadora una semana – bromeó antes de que entrásemos en la celda.

Todo el mundo dormía, menos YuNa seguramente porque las primeras noches nunca se dormía. Observé como Lucas sacaba dos pantalones secos y me daba unos, mientras yo me los cambiaba por los mojados él sacó una sudadera y se sentó a mi lado esperando a que me cambiase por completo.

-Te lo devolveré mañana – susurre poniéndome la capucha de la sudadera.

-Tranquilo, es de Tae– sonrió mirando como el castaño dormía en la litera de enfrente, al mismo al que le había pegado una paliza hacía un par de horas.

-Gracias – sonreí mirándolo y aunque él se pensase que era por la ropa, le agradecí que apareciese pidiéndome un beso bajo la lluvia, porque le había dado otro color a mi oscura noche.

-Intentaremos solucionar lo de Momo,¿vale? Para que te lo devuelva todo.

-Vale – di un corto pero cariñoso beso a sus labios – buenas noches.

-Buenas noches – sonrió y yo me levanté y salí de su celda.

Cuando entré en la mía, dejé la ropa mojada sobre una silla y me metí en la cama, mirando el techo de la de arriba y no pude evitar sonreír.

-¿Os habéis besado? – escuché a Jennie a mi lado y giré la cabeza para mirarla.

-Jennie… – reí un poco y ella se levantó de la cama con una amplia sonrisa en sus labios.

-Cuéntamelo – se metió en la cama conmigo y se tapó hasta la barbilla, mirándome, a la expectativa de que le explicase lo que había pasado con Lucas.

 

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