Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 11

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Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 11

Autora YASSGY0MIE Capítulo 11 CHAN POV Cuando dejé a YeJi en el instituto volví a la mansión donde estaban los demás, […]

Autora YASSGY0MIE

Capítulo 11

CHAN POV

Cuando dejé a YeJi en el instituto volví a la mansión donde estaban los demás, yo seguía cansado con el hechizo de las brujas, pero ahora era el único ser de la historia que era capaz de curar cualquier cosa con su sangre, había merecido la pena.

-Hola, chicos – dije yo entrando en la cocina, Felix y Han se habían ido al instituto, los demás estaban todos ahí, incluso los lobos y las brujas, menos Lee Know y Lia – ¿cómo está?

-Dormido – dijo Jeno mirando atentamente la manzana que se comía.

-Con Lia, abrazaditos – dijo HyunJin con ternura y llevándose la bolsa de sangre a la boca – a mi es que no me apetece ir al instituto si no va mi bro, entiendes, ¿no?

-Entiendo – dije sentándome a su lado y él me tendió su brazo.

Yo asentí, se lo cogí y mordí el interior de su muñeca para comer de ahí.

-Ha venido Kai – me dijo Jeno sentado en frente – agárrate a la silla, piensa que SeHun, el líder de la cacería y padre de tu YeJi, YeonJun y RyuJin, está vivo.

-Lo mató el padre de RenJun, le rajó la garganta, estaba yo delante – dije pasándome el puño por la boca y soltando el brazo de HyunJin.

-Pero sigue habiendo una manera de que sobreviviese – me dijo Jeno alzando las cejas.

Yo miré hacia la mesa barajando la idea de que sobreviviese no como humano, sino como hombre lobo, o que hubiese sangre de vampiro en su organismo y cuando lo mató el padre de RenJun, volviese a la vida siendo vampiro.

-Buenos días – Lee Know entró en la cocina agarrando la mano de Lia, que se frotaba los ojos con el puño.

-Hola, bro, ¿cómo estás? – le preguntó HyunJin removiéndose en el taburete para mirarle el costado, pero ahí ya no había nada.

-Pues increíblemente bien, la verdad – sonrió – la sangre de híbrido me sienta de puta madre – se adentró más en la cocina y me chocó la mano – gracias, Chan – yo solo sonreí – y a vosotras, raritas – bromeó dirigiéndose a las brujas.

-Hemos comprado desayuno para Lia – dijo JaeMin con la boca llena de comida y señalando una bolsa en la encimera – porque vosotros solo tenéis sangre, no contáis con los invitados.

-Gracias – dijo Lia sonriendo un poco.

Lee Know cogió su bolsa de sangre y Lia un paquete de galletas antes de sentarse con nosotros.

-Lia – dije yo mirándola desde la otra punta de la mesa, ella alzó la vista y me hizo un gesto con la cabeza para hablase – ¿tú tío SeHun está vivo?

-No, está muerto – dijo ella con seguridad.

-¿Pero muerto como tu padre o muerto muertísimo? – le preguntó HyunJin.

-Que yo sepa muerto muertísimo – dijo frunciendo el ceño – ¿por qué?

-Tu padre cree que está vivo – dijo Jeno mordiendo su manzana.

-No sé – ladeó la cabeza con inseguridad.

-¿Lo ves posible? – le preguntó JiSung – que esté vivo siendo un vampiro o un hombre lobo.

-Y que los tres lo sepan – dije yo.

-YeJi me extrañaría, no le tiembla el pulso a la hora de matar a alguno de vosotros, ten cuidado – me advirtió a mí – YeonJun sí podría saberlo y no decir nada, RyuJin es la más floja para estas cosas, sí podría estar ocultándolo, pero su padre y ella no se llevaban nada bien – nos explicó.

-Ay – gritó HyunJin – tiene un trauma de la infancia, ¿sabéis que significa eso? Que tengo que ayudarla a superarlo y así se enamorará de mí, como en los libros, bro – miró a Lee Know sonriendo.

-Ya está, tío, la tienes, la tienes – dijo con emoción y chocándole la mano repetidas veces.

-Si queréis puedo intentar sacarle algo a RyuJin – dijo Lia mirando la hora en su móvil – es la única que puede que diga algo.

Todos asentimos y acabamos de desayunar, si SeHun estaba vivo estábamos bien jodidos, nunca nos habíamos cruzado con un cabrón de esa categoría y siendo igual que nosotros, podía ser millones de veces más peligroso.

La cocina fue vaciándose poco a poco hasta que me quedé solo con Rosé, que sabía que tenía la intención de hablar conmigo, no tenía ningún problema en hacerlo, así que no me moví de mi sitio y esperé a que hablase.

-¿Me vas a decir algo? – me preguntó ella poniéndose de pie – ¿sobre YeJi?

-Que me acosté ayer con ella – le dije entrelazando mis manos en la mesa y ella se apoyó en una esquina, mirándome con una sonrisa vacilona – estoy con ella.

-Ah, ¿estás con ella? – Se cruzó de brazos y asentí.

-Te lo dije, que si se me ponía la oportunidad delante no la desaprovecharía – me levanté para quedar a su altura – no tengo nada más que decirte, Rosé.

-Entonces… – puso dos dedos en mi pecho y empezó a caminar con ellos hacia mi cuello – ¿se acabó lo nuestro?

-No se puede acabar algo que nunca empezó – le dije agarrándole la muñeca y apartándosela, Rosé puede que fuese una de las personas más manipuladoras que existían, podían engatusarte sin darte cuenta, así que tenía que pararle los pies rápido.

-Capullo – sonrió con ironía mientras negaba con la cabeza y yo le solté la mano.

-Adiós, Rosé – le dije yo saliendo de la cocina.

Ya estaba hecho, me había quitado del medio a Rosé, que puede que fuese el mayor impedimento que podía haber entre YeJi y yo, todo iba sobre ruedas así que no pensaba dejar que nada lo jodiese.

RYUJIN POV

Llevaba un rato hablando por teléfono con HyunJin, ese día no había ido a clase así que me llamó para que le explicase un par de cosas del trabajo que enviaron, aunque al final habíamos acabado hablando de mil cosas menos de eso.

-¿Y qué pasó? – le pregunté girándome en la cama y tumbándome mirando al techo.

-Si te digo el final no tiene gracia que te lo leas– rió él y yo rodé los ojos.

-Pues me quedaré con la duda – dije riendo.

-Entonces me has echado de menos hoy en clase, ¿no? – me preguntó él y aunque no lo viese sabía que estaba sonriendo.

-Puede que un poquito – admití encogiendo los hombros.

-¿Un poquito? – preguntó de manera juguetona – pero si soy el alma de la clase – exageró.

-Y el que más molesta también – bromeé yo – por eso ha sido solo un poquito.

-No te creo, con lo guapo que soy, la gente siempre echa en falta a los pivones – rió un poco – y podrías tener a un dios griego como yo en tu cama todas las noches, pero te me resistes, y eso que te dejaría presumirme delante de todo el mundo.

-Y te presumiría – le aseguré y él rió – un imbécil como tú tiene que ser presumido – bromeé y él suspiró.

-Que difícil me lo pones, RyuJin – dijo él fingiendo estar triste.

-Si te sirve de consuelo, cada día me tienes un poquito más ganada – admití dando otra vuelta por la cama.

-Espera, voy a llorar – dramatizó él – necesito una bombona de oxígeno – gritó y de fondo oí como Felix lo mandaba callar – que fuerte lo que acabas de decir.

Yo reí y empezó a hacer todo tipo de bromas durante una hora más que se me pasó volando y acabamos colgando los dos, me gustaba mucho hablar con él, incluso puede que me gustase él, pero había algo que no me acababa de cuadrar y no sabía lo que era, puede que por eso no lo hubiese besado aún, porque las ganas estaban ahí, en algún lugar de mi corazón.

Bajé a la cocina a por algo de picar antes de la cenar y allí me encontré a Lia sentada en la encimera, mirando su móvil y comiendo galletas.

-Hola – le sonreí quitándole el paquete para coger una galleta – ¿cómo está Lee Know? – le pregunté apoyándome a su lado en la encimera.

-Bien – sonrió y empezó a rebuscar en su mochila – toma, me lo ha dado HyunJin para ti – me dio un libro, justo el libro del que hablábamos por teléfono.

Yo sonreí aguantándolo con mis manos, adoraba los libros antiguos, como las hojas se ponían amarillentas y su olor a viejo, me encantaba, además tenía un poco del olor de HyunJin impregnado en la tapa, a su colonia. Cuando lo abrí aún sonreí más por lo que leí, con lápiz había puesto una de sus estupideces: “De parte del amor de tu vida, esperaré lo que haga falta a que un día quieras presumirme como tu novio imbécil. Te quiero un poquito. HyunJin”.

-Lo tienes en la palma de la mano, guapa – rió Lia cerrando su mochila.

-Supongo que sí – encogí los hombros y apreté el libro contra mi pecho – creo que me gusta, pero no sé, no estoy segura.

-Tómate tu tiempo – rió un poco – seguro que él se espera – tragó lo que tenía en la boca – ¿sabes qué? Hoy he ido al pueblo de al lado, al cementerio.

-¿Por tu padre? – le pregunté mirándola con atención.

-Sí, hacía tiempo que no iba a verlo – apretó los labios – y he pasado por la tumba de los demás, pero la de tu padre no la he encontrado – frunció el ceño.

-No está enterrado, lo quemamos – mentí yo – las cenizas están en nuestra casa de Seúl – le expliqué, se me daba mal mentir, pero estaba haciendo todo lo posible.

-Ah, creía que YeonJun me había dicho que estaba enterrado en el mismo sitio que nuestros padres – frunció el ceño confundida.

-Pues o YeonJun se entera de una mierda o no os entendisteis – reí un poco – me voy arriba a leer – besé su mejilla – no pienses mucho en Lee Know, a ver si lo vas a desgastar – bromeé saliendo de la cocina y ella me mandó a la mierda.

Subí las escaleras hacia la planta de las habitaciones, pero en vez de ir a la mía, entré directamente en la de mi hermano, que justo salía de su baño frotándose el pelo azul con la toalla.

-Hermanito, ¿por qué le dijiste a Lia que papá estaba enterrado en el mismo cementerio que los demás? – le pregunté sentándome en su cama.

-Yo nunca le he dicho eso – me dijo él frunciendo el ceño.

Yo lo fruncí con él y nos miramos fijamente, no sé si el ser mellizos influía en algo, pero él y yo éramos capaces de hablar con tan solo una mirada.

-YeJi – dijo él golpeando la pared con su puño para llamarla.

Nuestra hermana mayor tardó segundos en aparecer en la habitación y yo les expliqué esa extraña conversación con Lia cuando los dos se sentaron conmigo en la cama.

-Lia sabe algo de papá – dijo YeJi tumbándose con el peso de su cuerpo apoyado en un codo.

-¿Cómo? – preguntó YeonJun – nosotros no hemos dicho nada, ¿no? – me miró expresamente a mí.

-Que no nos llevemos bien no significa que lo delataría – dije yo en un suspiro – ¿no es posible que haya podido salir en algún momento?

-No, está encerrado y encadenado, ni siquiera llega a tocar la puerta – dijo YeJi con seguridad.

-¿Y si Lia ha encontrado dónde está? – preguntó YeonJun apoyando su espalda en la pared.

-Bueno, ¿qué se le va a hacer? – encogí los hombros con indiferencia, la verdad es que me daba igual que la gente lo supiese.

-Hablaremos con él cuando vayamos a verlo en unos días – dijo YeJi.

-Yo no creo que vaya esta vez – dije mirando el libro de HyunJin sobre mis piernas.

-Es tu padre, tienes que ir a verlo, RyuJin – me dijo mi hermana en un suspiro.

-Si es mi padre que se comporte como tal – dije con dureza.

-Déjalo, RyuJin – mi hermano me acarició la nuca – cuando sea el día que vayamos a verlo los tres, decides – tiró de mí hacia detrás para que me tumbase entre sus piernas.

-Ya está decidido – dije dejando que envolviese mi cuello con sus brazos.

-RyuJin, no puedes dejar de lado a papá, él nunca te ha dejado – me dijo YeJi con paciencia.

-No quiero que me habléis de papá porque habláis desde vuestras perspectivas, en las que papá os adoraba y lo sigue haciendo – tragué saliva – así que basta ya, papá me dejó de lado de muchos modos.

-Vale, ya está – YeonJun cortó la conversación y me acarició la mejilla con sus dedos, él me entendía bien siempre – ¿qué es eso? – acercó la mano al libro que tenía en mis piernas.

-HyunJin me ha regalado un libro, no es de sus favoritos, pero está convencido de que me gustará – expliqué yo.

-¿HyunJin lee? – bromeó YeJi apoyando la cabeza en el hombro de YeonJun.

-¿Te ha regalado un libro para llevarte a la cama? – rió mi hermano – ¿estás segura de que no es el kamasutra?

-Sí – reí – es un libro normal.

-Será cutre – bromeó él – te toca explicar, hermanita – miró a YeJi – tu noche con Chan.

Nuestra hermana sonrió ampliamente y empezó a explicárnosla, nosotros dos la escuchamos con atención, adoraba esos momentos de hermanos, podíamos contárnoslo todo sin ningún problema, si no hubiese sido por ellos dos seguramente la relación con mi padre hubiese empeorado muchísimo. Mis hermanos y los demás siempre habían sido mi apoyo más grande.

FELIX POV

Preparé cualquier cosa para cenar en casa de JaeMin mientras hablaba con él, que se dedicaba a tatuar la espalda de YuNa, en esa que había una cicatriz de las garras de JungKook, JaeMin era el que nos solía tatuar, junto a HyunJin, todos los tatuajes que teníamos eran suyos, además los dibujos los hacían ellos a nuestro gusto.

-¿Quieres dejar de moverte? – le gritó JaeMin sentada encima de su cintura en aquel largo sofá donde estaban.

-Sí, perdón – dijo ella riendo y hundiendo la cara en un cojín, JaeMin me miró suspirando profundamente para ser paciente y ajustándose bien los guantes – pero, ¿falta mucho?

-No, estate quieta – dijo JaeMin inclinándose para seguir con el tatuaje y ella resopló.

-Creo que soportarás un par de minutos – le dije yo sentándome en el brazo del sofá para mirar como JaeMin lo hacía.

Aparté bien el pelo rubio de YuNa hacia un lado para que no le molestase a JaeMin y me quedé embobado mirándolos a los dos, aunque yo tan solo tuviese tres tatuajes, me encantaba como se veían en ellos, en los brazos y el torso de JaeMin y la espalda de YuNa.

-Ya está – dijo JaeMin pasándole una toalla mojada por la espalda – me ha quedado increíble, no sé de que tenías tanto miedo – rió levantándose de encima suyo.

-No eres de fiar en nada que tenga que ver con algo serio – dijo ella sin levantarse.

-Espera – me incliné a abrocharle el sujetador y ella se sentó en el sofá.

-¿Te gusta? – me preguntó poniéndose en pie para enseñármelo bien.

-No, cariño, a él le gustas tú – dijo JaeMin quitándose los guantes y tirándolos a la basura.

-Y a él también – lo señalé con un dedo y ella rió.

-Y a mi los dos, pero, ¿está bien o no? – me preguntó.

-Que sí, fíate de JaeMin, nos ha tatuado a todos y créeme que mejor él que HyunJin – reí un poco.

-Que poco se me valora en este mundo – JaeMin rodó los ojos y le dio un sorbo a mi botellín de cerveza.

Ella solo se puso la camiseta, le dio un sutil beso para agradecérselo y nos sentamos los tres en la mesa para cenar, lo pasábamos muy bien juntos, nos complementábamos a la perfección y acabábamos riéndonos a carcajadas hasta que nos doliese la barriga.

-Mierda – me quejé cuando me corté con el cuchillo y me agarré el pulgar escondiendo las manos bajo la mesa.

-¿Estás bien? – me preguntó YuNa mirándome las manos desde lejos.

-Sí – dije esperando a que se curase solo – no hay corte, tranquila – miré de reojo a JaeMin para que me ayudase, pero él miraba hacia la ventana con atención, como si hubiese algo ahí o estuviese oyendo algo.

-¿Seguro? Creo que he visto sangre – me dijo ella agarrándome las dos manos – déjame ver, Felix – insistió.

-Que está bien, YuNa – respiré.

-Felix – suspiró hastiada – que me dejes ver – su voz sonó más bien autoritaria y me separó las manos, pero por suerte ya había curado del todo y no había rastro de la herida – estaba segura de que te habías cortado – frunció el ceño confusa.

-Y yo te he dicho que no – sonreí un poco – que estoy bien – reí enseñándole bien mis manos y ella las agarró sin parar de mirarlas.

No quería saber lo que se le pasaba por la cabeza en ese momento, pero se estaba dando cuenta de que algo no iba bien, había visto a la perfección que me había cortado y de repente el corte no estaba.

-El postre – JaeMin se puso de pie en un salto y me miró de reojo para que fuese con él.

-Espéranos – le dije a YuNa levantándome con él y yendo a la cocina.

Ella cogió su móvil y empezó a teclear algo en él, yo me puse al lado de JaeMin, los dos de espaldas a ella, y me miró preocupado.

-¿Ha visto lo del corte? – me preguntó y asentí con la cabeza – algo va mal en el bosque, ChaerYeong está en peligro, no logro oír nada bien.

-¿Enserio? – le pregunté abriendo bien los ojos.

-Sí y está sola, no oigo a ninguno de los cazadores con ella – me dijo frotando los platos bajo el chorro del agua – necesita ayuda.

-Iré a por ella.

-Yo me quedo con YuNa – me dijo él asintiendo con la cabeza.

Yo me acerqué a la rubia y la sorprendí con un beso en los labios.

-Ahora vuelvo, se nos ha olvidado algo para el postre – le mentí dándole otro corto beso – no os lieis mucho en mi ausencia – bromeé.

-Vale – rió un poco y dejó que le diese otro beso.

Yo salí de casa de JaeMin a paso tranquilo para disimular, pero cuando estuve fuera corrí hacia el bosque, mi novio tenía razón, podía oler la sangre de ChaerYeong ahí y sentir como Han intentaba entrar en mi mente para hablar conmigo.

Yo lo dejé acceder y él me guió hacia donde estaba, tras un árbol, con Lia y su arco, HyunJin y Chan estaban en otro y Jeno en otro del lado contrario.

HAN POV

Jeno oyó el grito de ChaerYeong en el momento justo para que saliésemos de la mansión en cuanto antes para buscarla, mi corazón latía demasiado fuerte, estaba asustado, podía pasarle cualquier cosa a mi réplica, a la misma chica de la que me estaba enamorando a un ritmo vertiginoso y muy a conciencia de que no era recíproco, pero no podía evitarlo.

Cuando llegamos la vimos batallar contra Momo, la vampiresa que se la tenía jugada, y yo quise lanzarme a atacarla, pero Lia me paró enseguida.

-Déjame a mí, sino te descubrirá – me dijo cogiendo una flecha y poniéndola en su arco – yo disparo y salimos a por ella.

-Vale – asentí con la cabeza y la observé apuntar hacia ella.

Chan desde el otro lado cambió toda su forma, se convirtió en alguien que ni siquiera conocíamos, seguramente se encargaría de retener a Momo mientras nos llevábamos a ChaerYeong de allí.

-Ahora – dijo Lia agarrándome el brazo cuando dejó ir su flecha directa al costado de Momo.

Ambos salimos corriendo hacia ChaerYeong, que se removía en el suelo molesta y con varios mordiscos en el cuello, pero la resistencia que había hecho contra Momo le había servido para seguir con vida.

-ChaerYeong – me arrodillé a su lado y le pasé un brazo por debajo del cuello para alzarla un poco – ChaerYeong, mírame – la moví un poco y ella abrió los ojos.

-Han – musitó débilmente.

-Estás bien, vas a ponerte bien – le dije yo mirando a Lia arrodillarse a mi lado – vamos a sacarte de aquí, pero tienes que quedarte despierta, ¿me oyes?

-Sí – asintió con la cabeza.

-A mi casa – me dijo Lia mirando de reojo a Chan sacando a Momo de allí.

Yo asentí y la cogí en brazos sin ningún problema ni esfuerzo, ella, que no tenía apenas fuerzas, rodeó mi cuello con sus brazos y corrí a un ritmo normal hacia su casa, por el camino Lia llamó a YeJi para avisarla y para cuando llegamos la puerta ya estaba abierta.

-Entra – me dijo Lia, dándome disimuladamente el permiso para acceder a su casa.

Yo pasé y la llevé donde me guiaron, tal y como había pactado con Lia, ella hablaría y yo solo me haría el asustado y el preocupado, eso me salía solo la verdad. Así que solo miré como acaban bolsas de sangre, que supuse que fue las que YuNa y Felix cogieron para HueningKai, y fue BeomGyu el que le colocó una vía en el brazo para transferirle la sangre mientras los demás le curaban y tapaban las heridas.

-Ya está – BeomGyu se puso recto y se llevó las manos a la cintura mientras la miraba – gracias por ayudar a Lia a traerla – me dijo a mí.

-No tenéis que darlas – dije tragando saliva.

-Vamos a dejarla descansar – dijo YeJi abriendo la puerta de la habitación.

-¿Puedo quedarme con ella? – pregunté mirándola medio dormida en la cama.

-Sí – dijo ella misma y todos asintieron.

Lia fue la última en salir con los dos líderes y supuse que la acribillarían a preguntas, pero algo me decía que confiase en ella, que todo iría bien.

Yo me acerqué a la cama de ChaerYeong y le aparté unos mechones de pelo de la cara para mirarla bien.

-Estás guapa hasta muriéndote, capulla – bromeé yo dándole un beso en la frente y ella sonrió.

-No voy a morirme – dijo poniendo una mano en mi nuca – me quedo aquí para ver si al final consigues conquistarme – rió un poco mientras acariciaba el pelo de mi nuca y yo rodé los ojos – ¿por qué no coges el libro del que hablamos y te tumbas aquí conmigo? – me propuso.

-Vale – sonreí y me giré hacia la estantería de libros que tenía, recordaba el título del que me decía así que fue fácil encontrarlo y saber cual era – no me dijiste que era del tamaño de la biblia – bromeé acercándome a su cama con el libro en mis manos.

Ella solo rió y esperó a que me tumbara en su cama con la cabeza apoyada en el cabezal para moverse un poco y apoyar la suya en mi pecho.

-Pero en voz alta que te escuche – me pidió.

-Estas exigencias… – bromeé soltando un suspiro y ella rió un poco en mi pecho.

Yo abrí el libro por la primera página y comencé a leerlo en voz alta, pero suave, hasta que se quedó dormida a los pocos minutos mientras me abrazaba por la cintura y yo hacía siglos que no me sentía tan bien como aquella noche.

Continuara….

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