Fanfic: You Never Walk Alone, BTS capitulo 30

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Fanfic: You Never Walk Alone, BTS capitulo 30

Autora: Yalimar Yanez / nessieyalimar21 Capítulo 30 Park Jimin 2 días después Respiré profundo pasando mi mano por el cabello, miré la ventana […]

Fanfic: You Never Walk Alone, BTS

Fanfic: You Never Walk Alone, BTS Fanfic: You Never Walk Alone, BTS

Autora: Yalimar Yanez / nessieyalimar21

Capítulo 30

Park Jimin

2 días después

Respiré profundo pasando mi mano por el cabello, miré la ventana que daba a la ciudad de Seúl, se podían ver todas esas luces encendidas, el cielo estaba apenas lleno de estrellas dándole un aspecto triste. Cerré mis ojos dejando que mi mente me llevara al último recuerdo.

—¿Estás bien? —le susurré en voz baja. No quería despertar a los demás, la chica asintió cerrando sus ojos, la miré respirar profundo sonriendo dulcemente, acaricié su mejilla sintiendo una punzada en el pecho al ver ese delgado tubo en su nariz, Yun no merecía nada de esto, rodeé su cintura acercándola más a mí, de repente se quedaba muy quieta y me ponía nervioso— ¿Yun?

— Te amo, Jimin, te amo y no sabes cuánto.

No quería que lo dijera en ese momento porque lo hacía sentir como una despedida. Intenté mantenerme tranquilo, pero no pude, tenía miedo, miedo de perderla. ¿Por qué tuve que enamorarme tanto de ella?

¿Por qué Min Yun no llegó a mi vida antes?

Di un suave beso a sus labios y cuando notó que estaba llorando en silencio me sentí peor. Acarició mis mejillas apartando las lágrimas.

— No voy a morir hoy.

— No vayas a dejarme, por favor—supliqué con angustia. Quise decirle más pero no pude, quería decirle tantas cosas a esa chica.

— ¿Jimin? —abrí los ojos regresando a la realidad. A la triste realidad, aparté las lágrimas que habían salido sin avisar y giré sobre mis talones encontrando a Tae. Todos estábamos tan mal con esta noticia y esta pérdida, los padres de YoonGi habían ido al hospital, fue desgarrador ver a su madre gritar, su padre de repente no podía consolarlos a ambos porque él también había perdido a su hija. Maldición, no debí dormirme, debí quedarme despierto con ella. Mi vista de nuevo se volvió borrosa, Tae se detuvo al percatarse, fui a él abrazándolo sollozando en sus brazos.

— Lo siento mucho, es mi culpa, es mi culpa TaeHyung.

— Shh, no fue tu culpa—me apretó contra él con voz ahogada—Yun…ella…

— Si me hubiera quedado despierto ella seguiría aquí—expliqué entre lágrimas—Dijo que hablaríamos al día siguiente, dijo que me amaba y yo no le dije nada.

— Jimin, oye—tuvo que sostenerme mientras ambos nos dejábamos caer al suelo—No tienes la culpa, no digas eso, YoonGi hyung también se siente culpable y Hobi ha intentado hacerle ver que no es así.

— Debí decirle que la amaba igual—susurré cubriendo mi boca con mis manos—Ella se fue, Tae, se fue y nunca volverá.

El chico comenzó a sollozar conmigo, todo estaba resultando tan gris y deprimente. La agencia había lanzado un comunicado informando que, debido a la pérdida, el concierto en Seúl se cambiaría de fecha. Todos estábamos muy acabados como para enfocarnos en eso ahora, en brazos de Tae cerré mis ojos recordando la última vez que la vi antes de irnos del hospital.

Cada uno de los chicos entró a la habitación, primero fueron los señores Min con YoonGi, estuvieron una o dos horas quizás, el chico miraba el suelo con las mejillas rojas y los ojos hinchados. Ninguno de nosotros era capaz de levantar la mirada, cuando fue mi turno y estuve dentro sollocé en silencio. Acaricié los mechones de su frente tal y como ella solía hacer conmigo.

Yun tenía sus labios pálidos, sus manos se estaban tornando frías, su cuerpo ya no tenía cables conectados que la mantuvieran con vida. Sus párpados estaban cerrados, quería creer que ella sólo dormiría por un buen tiempo, realmente quería creerlo, pero…no pude. Acaricié sus dedos con los míos besando el dorso de su mano, sollocé de nuevo sin importarme que tan mal me vería después.

La persona que quería ya no estaba.

La persona que amaba se había ido.

— También te amo, Yun—susurré sabiendo que no habría respuesta—Siempre lo hice, no debiste dejarnos, no debiste dejar a YoonGi, a los chicos…a mí.

“No voy a morir hoy”

La escuché decir en mi cabeza, estuve unos largos minutos llorando y calmándome para volver a llorar. Esto era injusto, las buenas personas no debían irse, las personas como ella merecían quedarse, cerré mis ojos recordando el día que llegó a Seúl con YoonGi, ella lucía tan nerviosa, incómoda e insegura, me había parecido tierna y linda, no lo niego, sabía que su hermano se enojaría si llegaba a enterarse, pero no pude callar mis sentimientos.

— Debiste quedarte—susurré—Debiste quedarte conmigo, debiste cantarme por una última vez, debiste vernos en el último concierto…—recordé ese concierto que le dedicamos completamente a ella. Había lucido tan nerviosa, pero todas las ARMYS la querían mucho, ella se ganaba el cariño de todos—No debías irte, Yun-susurré más bajo besando su mano que estaba sujeta entre las mías.

Cuando mi tiempo pasó, me levanté besando su frente, sus mejillas y sus labios una última vez.

Al tercer día…

Odiaba los cementerios, bueno, quién los disfruta, ¿No? Había personas rodeándonos, todas vestían de negro, ese día el sol no salió en Daegu, sí, los chicos y yo habíamos acompañado a YoonGi y sus padres a casa, se habían arreglado los papeles del funeral. Familiares de ellos estaban aquí, detrás de los lentes oscuros que llevaba no soportaba ver como el cuerpo de Yun estaba ahí dentro, la chica que había asegurado soportarlo, la chica que había dicho amarme, que había reído conmigo, que me había abrazado, besado tantas veces…estaba despidiéndose, estaba siendo enterrada.

Una mano tomó mi brazo asegurándose de que no perdiera el equilibrio, Tae estaba a mi derecha sosteniéndome y Kookie tomaba mi brazo izquierdo apoyándose en mí. Mordí mi labio sin aguantar mucho, las lágrimas salieron.

Las personas se retiraron a las horas, se iban despidiéndose una a una, el silencio estaba siendo parte de nosotros. El auto estaba allí para irnos, el chofer esperaba por nosotros. NamJoon posó su mano sobre mi hombro apretándolo un poco.

— Creo que deberías ir con YoonGi.

— ¿Qué?

— Esperaremos aquí.

Miré a donde estaba el chico de cabello oscuro, se encontraba de rodillas frente a la lápida que poseía ahora el nombre de su hermana. Caminé a él sin saber cómo animarlo porque, así como él perdió a su hermana, yo perdí a la persona que amaba. Ni siquiera tuve la oportunidad de vivir mucho tiempo con la ilusión.

Me arrodillé a su lado guardando silencio, no podía ver sus ojos por los lentes oscuros, sus hombros subían y bajaban mostrando que su respiración era calmada. Miré el nombre de Min Yun allí, le habían colocado las primeras flores, el césped tardaría en crecer y…

— Ella siempre confió en mí—susurró—Y yo siempre la cuidé—su voz fue más ronca. Forcejaba con las ganas de llorar—Yun siempre necesitó a alguien que le recordara que podía hacerlo, siempre necesitó que la salvara de los monstruos y.…se siente un gran vacío ahora, Jimin, no puedo salvarla más.

— Todos intentamos hacerlo…

— Lamento mucho no haberte ayudado con ella—me interrumpió—En vez de decirte todo eso debí animarlos a que lo intentaran, pero ya me conoces, siempre hago todo mal, soy un bastardo.

— YoonGi—dije serio—Para tu hermana eras un héroe, para Yun eras único, para ella eras Min YoonGi, su hermano solamente—apoyé mi mano en su hombro—Tal vez lo nuestro no iba a funcionar…

— Cállate, no digas esa tontería, lo de ustedes si iba a funcionar y sabes que es cierto—respiró profundo—Tenía en mente volver a casa luego del concierto, pasar más tiempo con ella en vacaciones…—negó con la cabeza—Quiero irme con ella.

— ¿Quieres suicidarte entonces?

— Quiero tenerla conmigo.

— Y yo también, hyung—dije molesto—Yo deseo lo mismo que tú, Yun quería que siguiéramos adelante, ella te está viendo aún y sigue viéndonos en un lugar mejor, tú Min YoonGi debes ser fuerte, esto dolerá por mucho tiempo, pero… ¿Sabes cuántas personas mueren a diario? No somos los únicos…—callé al notar sus hombros temblar. Lo abracé al ver que lloraba, YoonGi rodeó mi cuerpo también con sus brazos—La extraño también, hyung, la extraño tanto como tú.

Continuara…

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