Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 4

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Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 4

Autora YASSGY0MIE Capítulo 4 HAN POV Ese día llegaba tarde a la clase, me había quedado dormido y luego me distraje […]

Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Prologo

Autora YASSGY0MIE

Capítulo 4

HAN POV

Ese día llegaba tarde a la clase, me había quedado dormido y luego me distraje hablando con IN, pero llegué justo a la hora para que comenzasen las clases.

Al pasar por la puerta le di un amplio repaso con la mirada a todos, era increíble, pero nos estábamos haciendo amigos de los cazadores, sobretodo de los chicos.

-Han – oí su voz en una esquina de la clase y cuando miré hacia allí la vi, iba preciosa con los tejanos negros y la camiseta gris.

ChaerYeong me hizo un gesto con la mano para que fuese con ella y me señaló un sitio libre a su lado. Yo sonreí y caminé hasta sentarme con ella.

-Al final me has guardado un sitio – dije dejando la mochila en la mesa y sonriendo ampliamente.

-No ha venido TaeHyun, no quería sentarme sola – dijo rebuscando en su mochila.

-Osea, que soy tu segundo plato – dije alzando las cejas.

-Exactamente – dijo abriendo el paquete de galletas – ¿quieres? – me ofreció una.

-No, dáselas a TaeHyun – le dije en tono de burla y ella rió un poco.

-No seas idiota – sacó una galleta del paquete y me la metió en la boca, yo le di un mordisco y luego la aguanté con los dientes – ¿puedo preguntarte algo?

-No, pregúntale a TaeHyun – contesté de nuevo y tragando la comida.

-Ya lo he hecho, tú eres el segundo – remarcó ella sonriente y sacando su móvil.

-Ah, un segundón, pero me das tu móvil para que grabe mi teléfono ¿no? – bromeé quitándoselo de las manos.

-No, la verdad es que iba a enseñarte una foto – dijo ella frunciendo el ceño.

-Ah, vale, no insistas más, te lo daré – reí apuntando mi número y grabando mi nombre con un corazón al final – llámame cuando quieras, estoy disponible las veinticuatro horas del día, siete días a la semana durante todos los meses – reí.

-Vale – dijo ella riendo conmigo – ahora, ¿me dejas hacerte la pregunta?

-Claro – dije robándole otra galleta para llevármela a la boca.

-¿Vives en el pueblo desde hace mucho? – me preguntó buscando algo en su teléfono.

-Desde que nací – le contesté yo.

-Bien, ¿conoces a este chico? – me dio su móvil y lo cogí para mirar la pantalla.

Era una foto de JungKook, sacada a escondidas seguramente por YuNa en aquel vestuario, estaban muy empeñados en encontrarlo, pero iba a ser él quién los encontrase a todos primero.

-No – mentí frunciendo el ceño – ¿quién es?

-Eso es algo que no voy a contestarte – dijo quitándome el teléfono para guardarlo y mirando al profesor, que entraba quitándole el cigarro a HyunJin de los labios para tirarlo.

-¿Ni siquiera una mentira me vas a decir? – le pregunté respaldándome en la silla.

-No – apretó los labios y me miró de reojo sonriendo un poco.

Yo me crucé de brazos y miré al profesor que empezaba a hablar. Estuve toda la clase distraído, escuchando el tranquilo latir de su corazón, era relajante, me transmitía la misma paz de siempre. No me podía concentrar, mis ojos se desviaban a ella cada dos por tres desde el primer día que la vi.

Eso de tener parejas destinadas era lo más jodido y lo más bonito a la vez. Porque apenas la conocía desde hacía poco más de una semana y ya notaba los sentimientos salir a flor de piel, y eso que había hablado con ella tres veces.

Al acabar las dos primeras horas de clase, salimos todos hacia fuera para nuestros merecidos treinta minutos de descanso y yo me reuní con mis tres amigos en las escaleras de la entrada.

-Tú cállate que perdiste al Fortnite ayer – oí decir a HyunJin mientras le tapaba la cara a Felix con la mano – no te mereces hablar con nosotros.

-¿Perdiste otra vez? – pregunté quitándole el cigarro a Felix para darle una calada – eres un mierdas, tío.

-Lo mataron a los diez segundos – rió Lee Know – literalmente – aseguró.

-Chicos – murmuró HyunJin mirándolo todo a su alrededor – JungKook está aquí o muy cerca – nos dijo serio.

-¿Seguro? – le preguntó Felix mirando a YuNa en el banco a unos metros de nosotros, ella fue atacada hacía dos días por JungKook.

-Sí – asintió con la cabeza.

Todos lo creímos, de nosotros era el vampiro más viejo y encima de nacimiento, tenía todos sus poderes completamente desarrollados, no fallaba nunca.

-Vamos a buscarlo, seguramente venga a por ellos y no podemos dejar que entre en su casa – dijo poniéndose en pie.

Todos asentimos y nos separamos para buscar a JungKook, con todos nuestros sentidos alerta para encontrarlo, lo peor era que los híbridos eran unos cambia formas y muchas veces no podíamos notar aquello, millones de veces Chan nos había gastado bromas de esas.

No había mucho que me pudiese guiar hasta JungKook, solo una muy mala aura, esa sensación de peligro constante que albergaba en él, así que intenté guiarme por eso y llegué al sótano del instituto, estando cien por cien seguro de que estaba ahí.

-JungKook – golpeé una estantería metálica para llamar su atención – sé que estás aquí.

-Has mejorado muchísimo, Han – rió él a mi espalda y me giré para mirarlo – tus instintos de vampiro ya no son tan malos.

-Tú siempre dedicándome las palabras más bonitas – sonreí con ironía.

-Y tú tan inútil como siempre – rodó los ojos y yo me lancé a por él ante aquellas palabras, agarrándolo por el cuello con una mano y estampándolo contra la pared – parece mentira que fueses de mi creación.

-Yo nunca te pedí que me convirtieses – le dije con los dientes apretados y ejerciendo más fuerza con mi mano contra su cuello.

-Te salvé la vida – me empujó con un fuerte golpe en mi pecho para apartarme de él – habrías muerto en el campo de batalla – me recordó.

Yo sonreí sarcásticamente recordando aquel día de mil setecientos y poco, el comandante al mando de las tropas era Jeon JungKook, a ojos de todos un chico normal y corriente, hasta que varias balas impactaron en mi cuerpo y quedé tendido en el suelo, lo último que recuerdo es ver a JungKook caminar hacia mi antes de perder la consciencia. Cuando creí que estaba muerto, me desperté en su cuartel, ansioso de sangre, de exprimir a todo aquel que se me pusiese delante y dejarlo seco. JungKook me había convertido en un vampiro.

Nunca había querido serlo, mucho menos uno de sus secuaces, no quería la inmortalidad a su lado, así que cuando Chan apareció vi mi salvación en él y me ayudó a quererme siendo lo que era, un vampiro.

-No intentéis pararme, no podéis – dijo caminando hacia mí y crujiéndose el cuello.

-Yo no – dije con seguridad – pero hay alguien que sí.

-No le temo – dijo alzando el mentón – ni siquiera se ha dignado a aparecer.

-Tú tampoco te has dignado a presentarte delante de él y decir lo que quieres – dije alzando el mentón – es nuestro territorio.

-El que me quitasteis – dijo él alzando la voz – me desterrasteis.

-Y con motivos, JungKook, mataste a decenas de los nuestros y a cien de los lobos.

-Los lobos y los vampiros no pueden convivir juntos – dijo con rabia en su voz.

-¿Y me lo dices tú? Eres mitad vampiro mitad lobo – fruncí el ceño – tu odio acabará contigo – le aseguré.

-Ya acabasteis conmigo el día que mi hermano me echó de aquí.

-No te pongas sentimental, JungKook, aquí no tienes nada que hacer, YuNa no te dejó entrar, ninguno de ellos lo harán, son cazadores, de la mayor Cacería que ha existido, no puedes hacer nada – sentencié y cuando acabé, me di cuenta que a quién estaba protegiendo de JungKook era a ChaerYeong, no quería que se acercase, era letal y podía matarla de un simple arañazo de lobo, si YuNa seguía viva era por algún tipo de milagro.

-Pues los mataré – dijo sonriendo y pasándose la lengua por los colmillos que le empezaban a salir – la sangre de cazador siempre ha estado más dulce que ninguna otra – rió un poco – a no ser, que gente como Lee Know, que tiene acceso a la casa de los cazadores, coja la piedra lunar y, humildemente, me la de.

-Eso no va a pasar – lo reté con la mirada y antes de que se abalanzase sobre mí, ahí de allí, era lo más inteligente y además había sonado el timbre para volver a clase.

No podía envolverme en una pelea con JungKook, era una estupidez creer que podía ganarlo, era imposible hacerlo, solo existía una persona que lo podría vencer y ese era su hermano Chan.

RYUJIN POV

Mientras BeomGyu se duchaba, yo me vestí con unos tejanos negros y una camiseta blanca, mi hermana me había pedido si podía ir yo a ver a la bruja para acabar de pactar la protección de la piedra lunar, ya era casi la hora de cenar y tenía que atravesar el bosque así que debía darme prisa.

-BeomGyu – abrí un poco la mampara de cristal y asomé la cabeza en la ducha – me voy a ver a la bruja – lo avisé.

-Vale, ten cuidado – dijo abriendo los ojos para mirarme – no sabemos si nos podemos fiar de ella – se acercó un poco más a mí.

-Iré armada, no te preocupes – le sonreí dulcemente y él dejó un suave beso en mis labios – hasta luego.

Él me guiñó un ojo para despedirse y volvió a ponerse bajo el chorro de agua. Yo cerré la mampara y salí del baño con una sonrisa en los labios. No sabía si estábamos juntos BeomGyu y yo, pero me gustaban esos ratos con él en los que nos acostábamos y nos olvidábamos de todo lo que no estuviese en esa habitación.

Bajé al salón y vi a mi hermano mellizo discutir con HueningKai y Lia mientras echaban una partida a la consola.

-Ni de coña, a ese lo he matado yo – gritó HueningKai moviendo el mando exageradamente mientras apretaba a todos los botones.

-Jugar apretando todo el mando no vale, HueningKai, como mínimo tienes que saber lo que haces – le gritó Lia riendo y subiendo las piernas encima de las de mi hermano.

Yo sonreí negando con la cabeza, cogí algún arma pequeña y que pusiese esconder bien, también recompensas para las brujas y me acerqué al sofá por el respaldo.

-Me voy – dije agachándome a besar la cabeza de mi hermano – intentad hacer la cena.

-¿Pero tú que quieres? ¿Qué nos tengamos que mudar? – rió YeonJun él sin apartar la vista de la pantalla.

Salí de casa, estaba anocheciendo así que me di prisa por llegar a la casa de la bruja, una casa escondida entre las ramas de un árbol enorme y viejo. Subí las escaleras que estaban por dentro del grueso tronco y llegué a la puerta de madera, la cual golpeé con los nudillos.

Esperé a que abriesen y cuando lo hicieron vi a la bruja, ella era de pelo rubio casi blanco, su piel era pálida, sus ojos perfectamente pintados con tonalidades oscuras y lentillas claras, los labios rojos y ropa también oscura. Era ella, Chungha era tal y como me la describieron.

-RyuJin – adivinó ella mirándome el pelo – entra – me dejó pasar a su pequeña pero escalofriante casa y cerró la puerta – ¿funciona el hechizo de la piedra? – me preguntó guiándome hacia su salón – es necesario que no muráis ninguno, o el hechizo se debilitará.

-Sí, tranquila – le dije yo con las manos en los bolsillos de la chaqueta – toma, son las plantas que querías, ¿no? – le pregunté sacándome una pequeña bolsa de tela negra con flores que ella pidió.

-Claro – dijo ella cogiéndola y dejándola sobre una mesa – pero necesito algo más – cogió un cuchillo y me lo enseñó, yo alcé las cejas – a cambio de algo de información.

-¿Mi sangre? – pregunté yo.

-Será un cortecito – me aseguró ella.

Yo suspiré, sabía que las brujas a veces usaban sangre humana para sus hechizos, así que le acerqué mi mano.

-Siéntate – dijo mostrándome una silla frente a un pequeño recipiente negro – serán un par de minutos.

-Lo sé – dije dejando que cortase la palma de mi mano de la cual empezó a salir sangre que caía dentro del recipiente – ¿qué tienes para decirme?

-Al llegar aquí hace unos días, sentí demasiadas cosas – me explicó ella sujetándome con cuidado la mano, que dolía y escocía horrores por el corte – hay dos híbridos.

-¿Solo dos? – pregunté yo para asegurarme.

-Los únicos dos que existen, en la misma ciudad, pero son ilocalizables – dijo ladeando la cabeza – y hay algo más, brujas.

-¿Más de una?

-Cuatro – dijo con firmeza – las brujas de BlackPink, es el linaje de brujas más poderoso que ha existido jamás – me aseguró – si no quieren que las encuentres, nunca lo harás.

-¿Viven aquí? Debe haber algún tipo de casa donde vivan.

-Claro que la hay, pero su poder les permite ocultarla entre las plantas y árboles, solo son capaces de entrar quién ellas quieran que entre, puedes haber pasado por delante al venir y no haberla visto – me informó.

-¿Y qué pasa con esas brujas?

-Buscan la piedra lunar y protegen a su vez a los lobos y vampiros – dijo limpiando mi mano con sutileza y cuidado – hay muchas alianzas entre ellos.

-Bien – dije levantándome de la silla cuando me vendó la mano – si descubres algo más no dudes en llamarnos.

-Lo tendré en cuenta – dijo acompañándome a la puerta – ten cuidado, los híbridos son cambia-formas – me avisó ella.

-¿Y cómo podré saberlo?

-No podrás – dijo cerrando la puerta sin ni siquiera tocarla y dejándome fuera con la palabra en la boca.

Las brujas eran muy raras.

Bajé las escaleras del tronco y a pesar de que arriba, entre las ramas, parecía ser de día, en el bosque todo estaba oscuro así que sería un largo camino hacia casa.

Comencé a andar lentamente, sumergida en mis cosas y haciéndome hueco entre las plantas y árboles del bosque, ya lo había paseado varias noches, buscando cualquier cosa, así que más o menos lo conocía, aunque eso y ser una cazadora no me impedían estar algo de miedo a aquello que aún desconocíamos, no era normal que solo se hubiese presentado un híbrido a YuNa, en teoría ya deberían haber venido a por nosotros.

-¿Qué haces en mitad del bosque a estas horas? – oí a mi derecha, entre los árboles vi a HyunJin buscar cosas en el suelo mientras le daba patadas a las hojas.

-¿Y tú? – pregunté frunciendo el ceño.

-Buscar mi respirador – dijo él y luego me miró – lo he perdido esta mañana cuando he venido a correr.

-¿Enserio? – reí.

-¿Te hace gracia que sea asmático? – me miró serio llegando hasta mí – porque a mí ni un poquito.

-No – negué con la cabeza – vamos, que te ayudo a buscarlo.

-Que bonito, nuestra primera cita – bromeó él riendo y pasándome el brazo por los hombros – no la imaginé así, pero me encanta.

-Esto no es una cita, HyunJin – le dije yo mirando por el suelo mientras caminábamos.

-Tranquila, no le diré nada a BeomGyu – dijo él acomodándose mejor con el brazo, olía bien, a colonia de las caras, de esas que daba gusto oler – no me has dicho que hacías aquí – insistió poniéndose un cigarro en los labios.

-Daba una vuelta y se me ha hecho tarde – contesté agarrando la muñeca del chico, que caía por mi hombro.

-¿Qué tipo de persona da vueltas por el bosque de noche?

-La misma que sale a correr por las mañanas – dije girando la cabeza para mirarlo sonriente.

-Perdona, pero este cuerpo no se mantiene de cualquier modo, ¿sabes? – dijo señalando con el dedo todo su cuerpo – hay que entrenarlo.

-¿Y el ego lo entrenas o te sale solo? – le pregunté frunciendo el ceño con gracia.

-Eso viene de nacimiento, cariño – encogió los hombros y reí un poco.

Me agradaba ese chico, me transmitía alegría e incluso tranquilidad, aunque rozase lo hiperactivo porque en clase lo tenía sentado detrás y no dejaba de moverse ni un minuto seguido.

-¿Qué pasa? – le pregunté cuando giró la cabeza de golpe hacia otra dirección – HyunJin.

-Creía que había oído algo – dijo sonriendo.

-¿Te da miedo? – reí con ironía.

-¿Miedo? ¿Pero, tú has visto estos músculos? La gente me tiene miedo a mí, no yo a ella – frunció el ceño como si lo que yo le acabase de decir le hubiese ofendido.

Yo fui a contestarle, pero debí pisar algún sitio que no tenía que pisar y una cuerda rodeó mi tobillo y tiró de mi hacia arriba, dejándome colgando boca debajo de la rama de un árbol.

-Te voy a matar, BeomGyu – susurré sabiendo que había sido él quién había puesto esa trampa para hombres lobo, la cuerda estaba mojada acónito, una planta que hacía lo mismo que la verbena para los vampiros.

-Esto es demasiado bonito para ser verdad – rió HyunJin quedándose frente a mi – ¿qué cojones hace una trampa tan grande aquí? Si solo hay conejos – soltó una carcajada.

-¿Puedes dejar de reírte y ayudarme? – le propuse moviéndome ahí colgada.

-Hmm… es que, estás guapa de cojones ahí colgada boca abajo – dijo poniendo su cara frente a la mía y expulsando el humo del tabaco.

-HyunJin – agarré su camiseta con mi puño – bájame de aquí – le pedí mirándolo bien a los ojos, unos ojos negros que tenían algo que no podía explicar con palabras.

-Eso supone un esfuerzo para mí, ¿Qué recibo a cambio? – frunció el ceño.

-Un gracias y una palmadita en el hombro, ¿no te parece suficiente?

-Escaso – dijo él arrugando la nariz – ¿Qué te parece un beso? – bromeó poniendo morritos delante de mí.

Yo sonreí débilmente y miré sus labios, no iba a besarlo, y no porque no tuviese unos labios bonitos, sino porque no iba a dejarlo ganar.

-¿Y que tal si te vas a la mierda? – le pregunté yo.

Él abrió los ojos y suspiró.

-Bien – encogió los hombros y me rodeó para marcharse, pero no lo dejé, lo agarré al vuelo de la camiseta para evitar que se marchase y lo volví a acercar a mí – que salvaje, RyuJin – bromeó bien cerca de mis labios – lo pasaremos bien cuando dejes a BeomGyu.

-Que me bajes – le repetí.

Él sonrió de manera socarrona y se alejó hacia el árbol dónde estaba atada la cuerda, la desató y la enredó en su brazo para irme bajando poco a poco, yo apoyé las manos en el suelo y él me dejó caer, pero logré levantarme con agilidad.

-Me debes una, guapa – me dijo él tirando el cigarro al suelo y pisándolo para seguir con nuestro camino.

Cuando nos dispusimos a seguir caminando, ambos oímos un grito desgarrador llamando a JungKook, el híbrido, y era el grito de YuNa, así que me alerté, porque nuestra casa estaba cerca y él ya había aparecido por ahí una vez. Yo agarré la mano de HyunJin y salí corriendo de allí para ir dónde procedía el grito.

FELIX POV

Llevaba toda la tarde tirado en la cama de JaeMin con él, me encantaba pasar tardes como esas, lo pasaba realmente bien siempre y normalmente aprovechaba y me quedaba por la noche también.

-Para – grité mientras reía cuando JaeMin se sentó en mi cintura y aguantó mis muñecas encima de mi cabeza contra el colchón para que no pudiese moverme – no más cosquillas, me rindo, veremos la película que quieres – dije intentando recuperar la respiración de tanto reír.

-Ah, pues tampoco ha sido tan difícil – dijo él soltándome los brazos poco a poco.

-No aprendes nunca – sonreí empujándolo y agarrándolo para en un rápido movimiento estar los dos de pie en la otra punta de la habitación, golpeando con su espalda la pared y sus piernas enredadas en mi cintura – ¿para qué quieres poner una película si no la vamos a ver? – le pregunté.

-Para, aunque sea, creérnoslo – bromeó él agarrando mis mejillas para atacar mis labios.

La forma en la que siempre me besaba JaeMin era deliciosa, me encanta como los devoraba como si fuesen lo más preciado del puñetero mundo y como mis manos recorrían su cuerpo tatuado sin dejarse ni un centímetro.

-Felix – dijo separándose de mis labios y mirando hacia la ventana – ¿lo has oído?

-No – dije soltándole las piernas para dejarlo en el suelo – ¿Qué ha sonado?

-Una de las cazadoras, ha gritando el nombre de JungKook – me dijo él acercándose a la ventana – la rubia.

-YuNa – dije yo y él asintió con la cabeza.

-En su casa – me informó.

-La piedra lunar – dije corriendo hacia mi ropa para ponérmela – luego nos vemos – me despedí de él y salí de su casa.

Llegué de inmediato a la casa en el bosque de los cazadores y vi en la puerta a YuNa llena de sangre con HueningKai en sus brazos inconsciente, ella trataba de despertarlo, pero no podía, estaba lleno de arañazos y mordiscos, claramente de JungKook.

-YuNa – dije acercándome a ella y agachándome a su lado.

Del bosque también aparecieron RyuJin y HyunJin juntos, y agradecí que era HyunJin, que se controlaba con la sangre, y no Lee Know.

-¿Qué ha pasado? – le preguntó RyuJin arrodillándose a mi lado.

-No lo sé – dijo mirándola fijamente a ella y con lágrimas en los ojos, sí lo sabía, pero no lo iba a decir delante de nosotros, que creían que éramos humanos – estábamos solos en casa y él ha oído algo fuera, he escuchado un grito y cuando he salido estaba así.

-Tenemos que llevarlo a un hospital, tiene el pulso muy bajo – dijo HyunJin con las manos en la muñeca del chico.

Yo intenté oír su corazón, pero latía tan poco que era casi inaudible.

-BeomGyu se ha llevado mi coche – dijo YuNa pasándose la mano llena se sangre por la cara.

-El mío está aquí al lado – dijo HyunJin poniéndose en pie – os llevo.

-Vamos – cogí a HueningKai con mis brazos, no me suponía ningún esfuerzo e iríamos más rápido.

Ellas dos se levantaron también y HyunJin nos llevó hacia su coche, aparcado al principio de la carretera, a un minuto caminando, él se metió en el piloto y RyuJin a su lado así que me metí con YuNa y HueningKai detrás.

YuNa, que estaba atacada de los nervios, no paraba de tomarle el pulso, yo solo escuchaba su débil corazón y como la mente de HyunJin conectó con la mía para decirme que no podía morir, pasase lo que pasase.

-Tranquila, estará bien – le dije a YuNa apartándole las manos llenas de sangre de HueningKai, que tenía parte de su cuerpo apoyado en ella y las piernas sobre las mías – sigue vivo, eso es bueno – cogí bien sus manos que temblaban para intentar que se calmase.

-He llamado a BeomGyu y mi hermana – avisó RyuJin mirando a YuNa y HyunJin, porque no sabía conducir de otra manera, aparcó bruscamente en la puerta del hospital – ¿quién coño te ha enseñado a conducir? – preguntó RyuJin alterada.

-Vamos a calmarnos, princesa, que al menos te he traído – dijo HyunJin saliendo del coche y avisando a los enfermeros de la puerta.

Yo saqué a HueningKai en brazos y con ayuda de RyuJin lo subí a la camilla para que los enfermeros se lo llevasen en cuanto antes.

Nosotros nos quedamos ahí fuera mirando hacia la puerta del hospital y YuNa se apoyó en el coche con los brazos cruzados para protegerse del frío y la cabeza agachada, se notaba su preocupación, el corazón le latía demasiado rápido del miedo que tenía.

-Toma – me acerqué a ella para cubrirla con mi chaqueta y rodeé con mis brazos sus hombros.

No le dije nada más, sería en vano, seguiría nerviosa y llorando por su novio, así que solo dejé que apoyase la frente en mi pecho y pusiese sus manos en mi cintura mientras intentaba relajase ella sola.

Estuve ahí con ella hasta que llegaron los demás cazadores y, aunque me habría quedado con ella más tiempo hasta que estuviese tranquila, HyunJin y yo nos montamos en el coche para irnos a nuestra casa.

-¿Te gusta la rubia? – me preguntó chupándose los dedos machados de sangre mientras conducía con la otra mano.

-¿Qué? – fruncí el ceño mirándolo.

-La rubia, YuNa, ¿te gusta? – repitió.

-¿Por qué me iba a gustar?

-No sé, nos conocemos desde hace más de cien años, creo que te conozco un poquito – rió él metiéndose otro dedo diferente en la boca – que me escondas que te acuestas con un lobo, bueno – encogió los hombros – te lo dejo pasar – sonrió – pero la rubia es guapa, tiene genio.

-¿Cómo sabes lo del lobo? – fruncí el ceño.

-¿Te crees que somos imbéciles? Todos lo sabemos, además, hoy hueles a perro.

-No lo llames perro – rodé los ojos.

-Las cosas son así, ellos son perros y nosotros muertos – sonrió y puso las dos manos en el volante sin decir nada más.

Yo ignoré todo lo que había dicho, tanto lo de YuNa como lo de JaeMin, nunca me había comido la cabeza y nunca lo iba a hacer, era una pérdida de tiempo.

Al llegar a la mansión estaban todos allí, en la biblioteca con Chan, que ya estaba al corriente de todo, nosotros caminamos hacia allí después de cambiarnos de ropa para que Lee Know no viese toda esa sangre y nos reunimos con ellos.

-No puede morir ninguno de los cazadores y es el plan de JungKook – dijo HyunJin nada más entrar – no sé cómo, porque lleva verbena colgada del cuello, pero he podido meterme en la mente de RyuJin, Chungha es su bruja, el hechizo de la caja que guarda la piedra seguirá funcionando si están todos ellos vivos, seguramente lo haya hecho con su sangre.

-Lo sé, JungKook ha dejado un regalo – dijo Chan tirando una botella de cristal llena de sangre sobre la mesa.

-¿Puedo? – preguntó Lee Know señalando la botella.

-No – contestó Chan – es de HueningKai, un aviso para nosotros, piensa matarlos.

-No podemos dejar que lo haga – habló ChangBin – los cazadores no usarán la piedra lunar, saben lo que conlleva y no les interesa.

-Por eso está a salvo con ellos – intervino IN.

-¿De verdad que no puedo? – volvió a preguntar Lee Know.

-Pero JungKook no ha matado a HueningKai, ¿creéis que se ha equivocado y pensaba que estaba muerto? – pregunté yo apoyando las manos en la mesa.

-A la mierda – Lee Know fue ágil a la hora de coger la botella y alejarse de nosotros para bebérsela.

-No, no lo creo – dijo Chan mirando por la ventana, allí dónde sonó un aullido.

Continuara…

Autora YASSGY0MIE

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